sábado, 13 de diciembre de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



                                               (CAPÍTULO XL)
                 

                 La luz comenzaba a disminuir en la apacible playa que descansaba sin la menor ansiedad. Los aletargados amantes prolongaban sus juegos amatorios sin prisas, dejando sus reflejos intactos, a la benevolencia de las olas y a las triquiñuelas del propio viento.
                 Diana dejó escapar su intenso amor por sus partes dúctiles, y entre gotas espesas de placer y orgasmo, la cara de Álvaro se rebosó de fantasías aromáticas y jugosos caldos.
                 ¡Por los ojos, la nariz, las orejas, la boca, el pelo, y la cara en general del joven, discurrió el delicado ungüento de poderes milagrosos!
                Ella se inclinó aún más, y él debilitó su boca para que el caldo cayese en su garganta y no se olvidase sobre la blanca arena.
                 ¡La última gota se deslizo con la ayuda de los dedos de Diana que oprimió su vagina para dejar el menor resto posible en su interior! ¡Ella estaba feliz porque su amado degustaba con embriaguez lo que nunca antes había brotado de su interior! ¡Lo único con anterioridad expulsado por su orificio había sido fue pis; pero en esta ocasión los bálsamos y los almíbares se fundieron sobre el rostro de Álvaro que disfrutaba como un infante ante una dulcería!
__ ¡Tiene un esplendido sabor agridulce! --afirmó Álvaro mirando desde su posición la vagina de su amada que aún destilaba restos de fluidos-- ¡Sobre mi lengua siento una mezcla de canela y esencias de espliego que fortalecen mis dudas! ¡Sí! ¡Estoy seguro, es una consistencia muy parecida al azúcar cuando comienza su caramelización! ¡Esto es extraordinario!
                 El joven tragó en seco la abundante porción que guardaba en su lengua y cerró los ojos para no equivocarse. Respiró, y esperó que le llegasen las sensaciones
__ ¡Es delicado como el almíbar pero intenso y espeso como los mejores aceites de olivas del mediterráneo! ¡No es amargo, más bien con un punto picante y salado que me recuerda el fruto del mamoncillo! ¡Detrás de los sabores más cálidos siento el fluir de una variedad suprema de avellanas que la degusto con pasión! ¡En mi garganta se quedó el profundo mar y la plácida pradera repleta de percepciones nuevas y turbadoras!
__ ¿Qué haces, no sigas? –Diana se retorcía de gusto sobre la cara de Álvaro que no dejaba de expulsar melosas palabras. Cuando pensaba que el fluir había terminado, una marea de bebidas ambiguas salió de sus animados labios al exterior-- ¿Por qué……………..? ¡Ahora saboréalo con todo tu ser mi amor!
                Le dijo Diana, y esperó que la lengua de Álvaro una vez más entrase por la puerta sin avisar.

Continuará……………………………

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