sábado, 24 de agosto de 2013

¡CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO!







CAPÍTULO LXXVII.


                 ¡Los dos, ambos, dejaron caer los párpados y se perdieron en la larga línea del infinito que se funde con el mar! Un relámpago de motivaciones intervino en sus pensamientos, y ella y él, o la fulgurante amante y su afiebrado compañero,  viajaron por un impredecible espacio hacia lo desconocido.
__ ¡Mi amor no los saques, deja tus dedos dentro de mí, me siento que voy planeando y mi cuerpo está cerca de rosar el agua! --dijo la joven mientras se mordía los labios de placer.
__ ¡No pienso hacerlo, pero te digo lo mismo, no dejes que tu mano se detenga, porque dentro del agua por la que estás planeando me encuentro yo, como un pez voy nadando y espero encontrarte! –le contestó él con cortos movimientos pélvicos.
__ ¡Sí, sí, pensaba que estos momentos no regresarían nuevamente, y no ha sido así, la ventana es pequeña para este inmenso mar que me colma las entrañas! ¡Mi amor, te juro por esta mano que acaricia tu verga que en cada encuentro que tengamos, pondré lo imposible y parte de mi vida para llevarte dentro de mí! ¡No soy nada sin ti, o más bien poca cosa sin tus besos y tu cuerpo! ¡No dejaré tu piel aunque me lo pidas……….., es igual porque esos dedos son milagrosos, y puedo afirmar que creo……………….., creo dios mío en……………, en este mar, en estas personas que se retuercen de placer en la arena, en el infinito, en el agua salada, en…………, un pez, ¡lo veo, veo un pez que pasa junto a mí……………!
                 Ella sin ninguna duda había penetrado en el agua y vio a su amado transfigurado en pez, estaba entre un mar de emociones y un sinfín de alucinaciones.
__ ¿Eres tú la que me rosas la cola? ¡Qué bien…….., me gusta………! ¡Neptuno está a nuestro lado…………! ¿Lo estás mirando mi amor? ¡Soy un pez de largas dimensiones……………!           
                
Continuará.....................   
fOTOGRAFÍA: ara.    


sábado, 3 de agosto de 2013

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?




CAPÍTULO LXXVI.


                 Él y ella de mutuo acuerdo y a un mismo tiempo comenzaron los juegos amatorios. El joven buscó con todo su ahínco la torneada concha que guardaba su amada entre las piernas, y la joven, con demasiado desenfado se adueñó del tensó músculo que bailaba entre las piernas del hombre de sus sueños. Sí queridos lectores, los amantes fueron directamente a una masturbación de sus órganos, y no esperaron a que la escena que tenían ante sus ojos se desarrollase ampliamente y en todos los sentidos.
                 El dedo índice en colaboración con el dedo del medio del chico llegó con prontitud pero con cordura al interior de la vagina de la chica, que de solo imaginárselo desde minutos antes se hallaba lubricada en extremo. Los labios sudaban, rebosaban mares de fluidos que salían por la vulva al encuentro de los compenetrados dedos del amante hurgador. Ella se olvidó por completo que se encontraba en la cala frente a un grupo de desconocidos que al mismo tiempo intentaban disfrutar del placer de la carne, y separó de par en par sus muslos para que los intranquilos dedos se moviesen libremente por su abertura, dejando las puertas abiertas a la imaginación y todo lo que quisiese penetrar.
                 Por su parte el joven sintió la persistente mano de su chica en su falo, porque ella necesitó esta vez la complicidad de sus cinco dedos para dominar al desbocado corcel que no hacía más que cabecear de un lado a otro y parecía imposible de dominar. Tomó la verga con firmeza. Segura de lo que estaba haciendo, y cercándola hasta donde le permitía la extensión de sus dedos la oprimió por unos segundos hasta cortarle la circulación. Esto le gusto al joven sorprendentemente que jadeó a más no poder a la vez que sus dedos se deslizaban por las paredes vaginales de su prometida. Un cúmulo de sangre se agolpó en la cabeza de su verga, que enrojeció por dicha acción y por los libidinosos pensamientos que no encontraban la vía de escape hacia el mar.          
                
Continuará.....................   
fOTOGRAFÍA: ara.