domingo, 7 de octubre de 2012

CELIBATO



                                            
                                                   
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                ¿Hacia dónde nos debemos dirigir para provocarnos una excitación? A mi cabeza llegan demasiadas referencias, y debemos encontrar la que nos sea de mayor utilidad. Les comenté que intentaré mantenerme el mayor tiempo posible siendo célibe, y para ello recurriré como método a las tentaciones de cualquier índole. Esta semana nuevamente no ha sido nada fácil, pero continúo intacto porque a estas alturas pienso que puedo lograrlo. Lo más complicado para cualquier decisión que podamos tomar respecto a nuestras vidas, es romper con la inercia. Los comienzos no son un campo de flores, pero el “comienzo” encierra en sí mismo una disposición para enfrentarnos a un cambio parcial o total en nuestro enfoque existencial.
                El primer paso es tomar la primera determinación. ¿Qué es lo que deseamos cambiar y por qué? En este paso sacaremos la balanza y sopesaremos las cosas buenas y malas que nos ha proporcionado esta actitud anterior. ¡Las buenas las pondremos a un lado y nos quedaremos con las malas! En la lista de las malas tomaremos una sola, por ejemplo, en referencia a mí caso el mantener un celibato me alarga la vida en dos vertientes; la promiscuidad dejará de ser un problema de vida o muerte, y ganaré en tiempo para realizar lo que tanto he deseado. Es un ejemplo que para muchos será extremo o banal, pero no importa, las creencias están cimentadas con referencias nada concretas, validadas únicamente por la constante repetición de su credo durante siglos. La promiscuidad nos puede llevar a la perdición (la muerte), y el tiempo es muy valioso en todos los sentidos.
                Cuando tenemos y sabemos cual es el “problema” que deseamos eliminar de nuestra repetición asumida, hemos comenzado. Antes me refería al hecho de dejar de fumar. ¡Ojo, para nada estoy en contra de comportamientos excesivos o pocos saludables! Como dije anteriormente, nosotros somos los únicos capaces de detectar si estamos obrando bien o mal con nuestro cuerpo. ¡Nuestras decisiones, erradas o establecidas, son nuestras, y debemos eliminarlas a nuestra voluntad, como el que decide ser célibe hasta que el cuerpo aguante! ¡En muchas de ellas con el paso del oro (del tiempo) nos daremos cuenta que no fueron las más aplaudidas, y solo entonces, si la energía es benévola con nosotros podremos comenzar una vez más!
                Les comentaba que dejar de fumar depende únicamente de nosotros y de nadie más. ¡Si para dejar de fumar nos apoyamos en justificaciones hemos comenzado mal! ¡Con toda seguridad no llegaremos ni al primer objetivo! ¡El tomar una resolución conlleva un factor clave, la admisión de las consecuencias actuales y posteriores! ¡Yo he dejado de fumar con todas las consecuencias y firmemente en dos ocasiones de mi larga vida de inhalador y expulsor de humo! ¡Ahora llevo siete meses sin probar un cigarrillo! ¡Puedo afirmar que esta será la última vez para dejarlo completamente; pero dependerá originalmente de mí!     

 Continuará............................
FOTOS:  ARA.