sábado, 5 de enero de 2013

"CELIBATO"


                                               

                                                            -- 6 --
                 Después de muchas semanas he sentido por vez primera que si rompo el celibato estoy atentando contra mi persona. ¡He llegado hasta aquí a base de constancia y creo que no es el momento de abandonar! Lo que mi cuerpo siente en este momento es una satisfacción plena porque estoy haciendo algo que hasta ahora no me había propuesto. Les quiero decir que cada día de celibato es netamente un logro. Me siento en alguna medida un héroe que minuto a minuto vence una batalla. Es como si mi cuerpo demandase trasladarlo hasta límites extremos. ¡Un corredor de fondo sería el ejemplo ciertamente cercano! La distancia es interminable, pero a medida que avanzo cada órgano se dilata, se engrasa, y se expone placenteramente al lejano término.
                 La etapa de sentir en cada espacio del día a las innumerables tentaciones revoloteando a mí alrededor ha pasado, ahora estoy en un nivel superior en el cual necesito más. ¡Continuar para demostrarme a mí mismo de que puedo y de que soy dueño absoluto de la situación, y de que nada ni nadie podrán desviarme de mi objetivo! Estoy en disposición de flagelar por tiempo indefinido el cuerpo; naturalmente mientras esta elección no sea un lamento para el espíritu. Probaré intencionadamente excitarme pasivamente sin llegar al desenlace. ¡Una especie de sexo tántrico solamente en el concepto, donde el final no sea una pérdida de energía por el conducto eyaculador y sí una purificación de las inquietudes!
                 En esta etapa voy a experimentar nuevas sensaciones que hasta ahora no estaban en mi pensamiento. Haré un cambio íntegro respecto a mi cuerpo. Creo que con esta investigación seré más consecuente con la materia que me soporta desde hace más de varias décadas. Intentaré disfrutar de un espacio de tiempo, de una imagen, de un roce, de una palabra, una caricia intencionada o efímera que llegue a través de mis impulsos o un tercero; pero siempre manteniéndome célibe en todo momento. En este nivel seré yo el que parta en busca de sensaciones comprometedoras y de disfrutes intermitentes. ¡Nunca practicaré sexo de la manera tradicional porque sería desvirtuarlo todo y no sería el objetivo trazado! ¡Tampoco lo haré de ninguna otra manera aleatoria! ¡Y mucho menos con mi persona! ¡No!
                 Lo que intenso es conducir la situación personalmente hasta alcanzar fronteras insospechadas dentro de mí comportamiento. He decidido que seré célibe por el tiempo que me proponga, pero no seré un célibe pasivo. Formaré parte de este hábitat con todas las tentaciones y consecuencias para lograr al menos mis objetivos. Si me llega una tentación de forma explícita la conduciré hasta mi terreno y haré de ella un elemento reparador de mis intenciones pulcras. No desecharé nada, absolutamente nada que me pudiese valer para continuar con mi propósito. Todo esto naturalmente siendo fiel desde mi interior para que los pensamientos voluptuosos se queden en simples ejercicios matemáticos.
                 Comenzaré por salir a la calle. Cada acción de la naturaleza sobre mi cuerpo será un motivo para tener en cuenta. Nada dejaré a la improvisación. El viento, la luz, el rugir de la ciudad, los olores que se escapan de rincones insospechados, los transeúntes, el mobiliario urbano, los elementos fijos y móviles del entorno; todo lo que me encuentre, siente o experimente al caminar. ¡En esta etapa la ciudad será mi refugio para mantenerme célibe hasta renunciar o continuar hacia otro nivel superior!             

Continuará............................
fOTOS: ara.