miércoles, 25 de abril de 2012

¡EL MITO DEL ORGASMO!


                               

                 Un porcentaje muy alto de fracaso en las relaciones sexuales está basado en la obstinación por obtener a toda costa un orgasmo en toda regla. Antes de comenzar la acción, por la mente nos pasa la duda si podremos llegar al ansiado orgasmo. ¡Qué decir cuando este encuentro se realiza por primera vez! El cuerpo se tensa, las dudas afloran de inmediato en nuestro rostro y las prisas toman la iniciativa. ¡Es lo peor que se puede hacer en el primer encuentro! No se puede pensar en un resultado antes de comenzar con el proceso.
                 El hombre se siente seguro en su posición de eterno eyaculador, y su única interrogante es si la mujer alcanza un orgasmo gracias a su habilidad de macho potente. En otros casos lo único que interesa es la penetración y el fluir del líquido espermático. Cualquier ejemplo es un rotundo error. El simple cuestionamiento es un condicionante negativo en una práctica plena y válida.
                 El acto sexual en sí es un arte, y si queremos entrar en el selecto club de los virtuosos, hay que ponerse en marcha de inmediato tanto el hombre como la mujer. El simple instinto no es suficiente, es necesaria una continuidad positiva para obtener resultados esplendidos, de lo contrario únicamente cambiaremos de especie animal.
                 El orgasmo llega de forma fulminante, o se contiene por falta de tiempo. El orgasmo se retiene, se concentra a voluntad propia para instantes precisos. El orgasmo se presenta y no sabemos quién es, el orgasmo se tiene y la mayoría de las veces no es orgasmo puro, es un espejismo contradictorio. La solución a todo es el diálogo con la pareja y la práctica continua.
                 Seguramente estarán pensando en la influencia de la edad en la obtención del orgasmo, en si es la primera vez o estamos ante una relación agotada por los años de monotonía, es igual. Cada etapa, momento, espacio, tiempo, soporta sus consecuencias y sus logros. La actividad sexual debe ser la misma con veinte años como con sesenta, solamente cambia la intensidad y la forma de practicarlo; porque el sexo se desarrolla desde nuestras capacidades intelectuales y va madurando con cada una de las acciones vividas. Lo mismo sucede con una pareja estable, dilatada en el tiempo, que si es positiva, aprenderá de las tentativas.
                 El orgasmo es un concepto, y todo lo que le rodea se le ha impuesto por diversos motivos, el más peligroso, las creencias doctrinales que han convertido al orgasmo en un mito.
                 Esto es un simple boceto. Más adelante continuaremos con el mundo del orgasmo. El orgasmo masculino, femenino, las variantes, su influencia en la relación, algunas de las vías para lograrlo, y las diferencias y formas de orgasmos.