jueves, 4 de octubre de 2012

¡LA EXCITACIÓN!




PARTE 23.
                Tatiana contra todos los pronósticos mantenía mi falo dentro de su boca, y yo continuaba sin eyacular a pesar de mis propios argumentos que alegaban todo lo contrario. Sobre mis caderas continuaba enroscada Flavia, que se esmeraba por degustar cada uno de los espacios disponibles en mi piel. Permanecía de pie entre la vegetación y sobre mi cuerpo dos deliciosas sanguijuelas amenazaban con chuparme hasta el aliento.
                ¡De una cosa estaba seguro! ¡No sería capaz de continuar reteniendo el semen en mi interior, si Tatiana seguía con sus modales nada improvisados y los movimientos continuos de su cabeza contra mi falo, pronto llegaría el diluvio. Sin apenas notarlo, el tiempo se me escapó de las manos. Desde este momento no sabría contar los minutos que las dos llevaban absorbiéndome mis más íntimos secretos. Tenía la sensación de que no saldría con vida de esta, porque si no era una, la otra me arrebataría la voluntad.   
                La razón dejó de estar presente y sentí que los caminos conducían a un único destino, la fornicación rabiosa con las dos beldades que atracaron en mi cuerpo. ¡No estaba dispuesto una vez más regresar a casa sin copular! Me daba igual comenzar por cualquiera de las dos. Mis ojos permanecían repletos de las flamantes carnes de Tatiana y Flavia. ¡Si fuera necesario les haría el amor al mismo tiempo!
                Antes que fuera demasiado tarde debía encontrar una posición aceptable. Forcé la situación y logré que mi cuerpo rodara por el suelo llevándome conmigo a Flavia. Giré hasta colocar su espalda contra la tierra y me tendí sobre ella. Los dos quedamos de frente, mirándonos nuevamente las caras, pero esta vez con los cuerpos unidos por cada punto de nuestra anatomía. No pasó un segundo y Tatiana invadió mi culo con su coño y los tres quedamos pegados. Con la mano busqué los labios húmedos que se posaron en mis nalgas, y encontré la creación. ¡La entrada al país de las maravillas, aunque su nombre fuera Tatiana! ¡Con decisión toqué su vagina, y sin pudor me la dejó tocar!
                Comencé introduciéndole un dedo, pero no fue suficiente porque su boca en mi oído me suplicaba algo más. Dos de mis dedos se fueron haciendo paso por el laberinto lúbrico que tanto deseaba desde tiempos inmemoriales, y dos dedos tomaron mi verga para guiarla hasta el siguiente laberinto que tenía frente a mí. ¡Dos diferentes dedos pero con un mismo objetivo!
    
Continuará.............................
Fotos: ARA y Mandy.