lunes, 8 de octubre de 2012

" EN LA INTIMIDAD "


                                                           
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                 La familia que hemos seleccionado para el experimento está compuesta por el padre, la madre, tres hijos, la abuela y el abuelo. ¡Un núcleo familiar de lo más normal! Les comentaba que el padre llegaba a casa muy cansado después de un largo día de trabajo y decidía tomar un baño para aliviar su cuerpo. Dentro del cuarto de baño comienza una transformación física del cabeza de familia. El padre decide desnudarse ante el espejo para colocar sobre su cuerpo la ropa interior de su mujer. En esta ocasión la toma del cesto de la ropa sucia porque la que utiliza normalmente se le quedó en la taquilla de su trabajo. Se maquilla los ojos, la boca y la cara en general. Desde este instante su apariencia comienza a cambiar. El padre como un experimentado actor se transforma con ayuda de los complementos, en una seductora mujer. El maquillaje, y su interiorización del personaje hacen de él otro ser en la intimidad. Su voz, los gestos y su caminar adquieren un sentido diferente al que estaba acostumbrado en el hogar. El hombre con una línea armónica matiza cada uno de sus movimientos haciéndolos sumamente femeninos.
                 Esto no es más que el comienzo. Cada día irá integrándole psicología al mismo hasta concederle una entidad autónoma al ser del espejo. ¡Hemos descubierto una mujer dentro del rudo padre de familia! Este hombre de fuerte convicción religiosa e ideas conservadoras, es capaz en algunos segundos de transformar su mundo convencional en una fantasía añorada que guarda con rencor dentro del pecho. Cuando comencé a observarlo seguramente la historia había empezado desde mucho tiempo atrás, o posiblemente desde siempre, eso no es lo verdaderamente importante. Lo significativo radica en el hecho de que este padre de familia vive en una tesitura incómoda para él y los demás.
                 No importa quién es o a quién intenta imitar o poseer. Lo valedero es la sinceridad que pueda expresar en su entorno sin tener que ocultar su esencia. ¡Este hombre no es feliz y debemos ayudarlo! Por esta razón y por coincidencia puse en práctica mi terapia comenzando por él. Yo era el observador y controlaba desde mi posición los pasos de mis vecinos. Sabiendo a la hora que llegaba del trabajo lo esperé cien metros antes del edificio para producir el encuentro por “casualidad”.
__ ¡Buenas tardes señor Mariano! –Le dije cortándole el paso.     

Continuará...........................
DISEÑO: MANDY BLUEE.