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La familia que
hemos seleccionado para el experimento está compuesta por el padre, la madre,
tres hijos, la abuela y el abuelo. ¡Un núcleo familiar de lo más normal! Les
comentaba que el padre llegaba a casa muy cansado después de un largo día de
trabajo y decidía tomar un baño para aliviar su cuerpo. Dentro del cuarto de
baño comienza una transformación física del cabeza de familia. El padre decide
desnudarse ante el espejo para colocar sobre su cuerpo la ropa interior de su
mujer. En esta ocasión la toma del cesto de la ropa sucia porque la que utiliza
normalmente se le quedó en la taquilla de su trabajo. Se maquilla los ojos, la
boca y la cara en general. Desde este instante su apariencia comienza a
cambiar. El padre como un experimentado actor se transforma con ayuda de los
complementos, en una seductora mujer. El maquillaje, y su interiorización del
personaje hacen de él otro ser en la intimidad. Su voz, los gestos y su caminar
adquieren un sentido diferente al que estaba acostumbrado en el hogar. El
hombre con una línea armónica matiza cada uno de sus movimientos haciéndolos
sumamente femeninos.
Esto no es más
que el comienzo. Cada día irá integrándole psicología al mismo hasta concederle
una entidad autónoma al ser del espejo. ¡Hemos descubierto una mujer dentro del
rudo padre de familia! Este hombre de fuerte convicción religiosa e ideas
conservadoras, es capaz en algunos segundos de transformar su mundo
convencional en una fantasía añorada que guarda con rencor dentro del pecho.
Cuando comencé a observarlo seguramente la historia había empezado desde mucho
tiempo atrás, o posiblemente desde siempre, eso no es lo verdaderamente
importante. Lo significativo radica en el hecho de que este padre de familia
vive en una tesitura incómoda para él y los demás.
No importa
quién es o a quién intenta imitar o poseer. Lo valedero es la sinceridad que pueda
expresar en su entorno sin tener que ocultar su esencia. ¡Este hombre no es
feliz y debemos ayudarlo! Por esta razón y por coincidencia puse en práctica mi
terapia comenzando por él. Yo era el observador y controlaba desde mi posición
los pasos de mis vecinos. Sabiendo a la hora que llegaba del trabajo lo esperé cien metros antes del edificio para producir el encuentro por “casualidad”.
__ ¡Buenas tardes señor Mariano! –Le dije cortándole el paso.
Continuará...........................
DISEÑO: MANDY BLUEE.
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