lunes, 16 de diciembre de 2013

LA VIDA SECRETA E ÍNTIMA DE AGAPITO MORALES

                                          


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                  ¡Con que atrevimiento muchas mujeres se desnudan ante otras mujeres u hombres y se disponen a realizar acciones que jamás pensaron hacer!
                 Sé que una previa selección es necesaria en este tipo de trabajo que pretende abrir mi madre. ¡Lo sé, pero ya se sabe, hay que ver y conocer las condiciones físicas de las aspirantes, pero mi asombro continúa a pesar de lo antes dicho.
                 El hecho es que llegaron, se desnudaron, he hicieron lo que mi madre les pidió. Puede ser que mi forma de pensar sea un poco chapada a la antigua como dice la señora Adolfina, pero me sorprende irremediablemente esta manera de enfrentarse a una situación tan, tan, tan, como la puedo nombrar para no herir la sensibilidad profesional de mi madre, tan poco convencional. Uno no va por ahí a entrevistas de trabajo desnudándose y exhibiendo su cuerpo en todo su esplendor, como también sé que esta es una oferta laboral fuera de toda normalidad y que son necesarios estos detalles; pero ya lo he dicho, no acaba de entrar en mi cabeza.
                 Me pregunto si estas mujeres asumen esto como un trabajo cualquiera, o en el fondo, muy en el fondo, sin que nadie lo sepa, disfrutan con esta situación, tan, tan, tan, tan, como lo llamaría, tan poco común.
                 ¡Sí, me he dado cuenta de una cosa! O al menos ha sido la sensación que he tenido del otro lado, del lado de los que no se desnudan. Estas mujeres no todas se quitan sus ropas rápidamente y sin ningún impedimento, la mayoría de ellas ponen sus trabas, y hay que convencerlas con mucho tacto, y de manera profesional como lo hace mi madre. Pero, aquí vienen los peros. Cuando se han despojado de la última prenda y accesorios, se sienten libres pero al mismo tiempo vulnerables. ¡A partir de este instante son capaces de hacer lo que les pida la persona que tienen delante! ¡Y es donde yo veo el peligro!
                 Las situaciones en las que nos vemos involucrados, muchas veces con consciencia de ello, y otras, por pura casualidad o engañosamente, no siempre se ven desde un único prisma. Es complicado pero, es así. Entregar nuestro cuerpo en una audición, de este género, que aún no sé claramente lo que se propone en el fondo mi madre, puede llegar a ser humillante, y lo digo sinceramente con “dudas”, porque estoy seguro que muchas mujeres hacen cosas como diría, cosas, cosas, no del todo de su agrado; cosas que se les pide y son incoherentes. Pero como todo lo que rodea al sexo para nada es racional, puede ser que una vez más yo esté equivocado, y que esta situación que para mi punto de vista es totalmente estrafalaria, no sea nada del otro mundo, como bien dice la señora Adolfina cuando contempla a las chicas de un lado a otro con sus carnes y encantos aireándose.
                 Crecí y fui criado en un entorno lascivo las veinticuatro horas del día, y para donde quiera que mirase, el sexo penetraba en el más sutil de los rincones de La pequeña Bumel.


Continuará........................
DISEÑO GRÁFICO: MANDY BLUEE.