(CAPÍTULO I)
¡La
mejor hora puede ser esta, depende de ti, o de vosotros! Es la hora en que
no estamos, cuando permanecemos ajenos al mundo atávico que nos estropea los
sentidos. En este momento debemos invitar a nuestro cuerpo a un viaje,
dejándolo en calma total y por el momento en reposo. Posiblemente en el primer
intento no se logre, pero con la práctica se va modelando la auto-satisfacción.
Lo importante de esta experiencia, es que el tema es amplio, podemos llegar a
la auto-satisfacción en cualquier materia que ensayemos hasta ponerla en
práctica. ¡Ojo! Refiriéndome a la sexualidad, lo importante de esta
auto-satisfacción es que no lleguemos nunca a un orgasmo, por ningún motivo o
razón; si por algún motivo esto sucede, no sería una auto-satisfacción,
solamente una liberación de voluntad. Cuando el hombre eyacula, o la mujer
experimenta espasmos vaginales, aunque sea por medio de la masturbación,
no es una auto-satisfacción, es únicamente energía que se escapa sin
control, dejando nuestro sexo al olvido. Este momento debe ser trascendental.
El
control llega con la práctica, y en las primeras tentativas hay que estar muy
alerta para no tomar por el camino errado. Lo primero es encontrar la hora
adecuada para nuestras intenciones; siempre, y es sumamente importante, debemos
estar con el estómago limpio, vacío de todo alimento y sustancia tóxica
que pueda dañar la auto-satisfacción. En ayunas es una hora recomendable,
después de pasar por el baño y evacuar todos los líquidos y sólidos que ha
retenido el cuerpo de la noche anterior. Seguidamente un baño con agua tibia,
que se adapte a la temperatura ambiente.
Las
mujeres no utilizar la ducha de mano en la vagina, puede cambiar el PH de la
misma. Solamente pasar muy suavemente, con la mano contraria, los dedos por los
labios externos y comprobar la tonalidad de la misma, no deben llegar a estar
sonrojados, más bien pálidos. Si poseen mucho bello púbico,
nunca rasurarse, puede provocar pérdida de sensibilidad. Con todo
cuidado se toma un peine y se va apartando cada mechón de bello púbico, hasta
formar dos escuadras bien alineadas, una a la izquierda y la otra a
la derecha. A continuación, se toma el dedo índice de cada mano y se presiona
lentamente cada labio por la zona externa hasta que la vulva haga acto de
presencia. La vulva debe estar relajada, pero radiante. Grabaran en su mente
cada rincón de su anatomía, su volumen y grosor. Con un espejo, comprobaran su
color.
Los
hombres deben terminar el baño, cuando vean que el escroto se ha reducido y
los testículos comiencen a hacer más pequeños que de costumbre.
Nunca permitan que el pene intente engordar, es un mal síntoma y posiblemente
arrastraría malas consecuencias. No dejen que las venas conquisten la piel. Lo
mejor es tomar una cuerda elástica con cada mano y depositar sobre ella el
falo, y con un movimiento pelviano lanzarlo al viento una y otra vez con la
misma intensidad. En ambos casos la ducha debe ser solamente con agua.
Ahora
estamos listos para dejar el cuerpo desnudo y mojado sobre una cama cálida y
blanda. Y aquí llega el comienzo del aprendizaje de la
auto-satisfacción. ¡Pero esto será en otra lección.
(Capítulo II)
La habitación debe de
estar limpia. Sobre la cama sábanas recién lavadas, si son
nuevas mucho mejor, pero de todas formas pasadas por agua. No utilicen
productos que interfieran en el proceso. Aunque se piense lo contrario, la
habitación debe estar ventilada y con luz natural, para tener una visión
real y completa de nuestro cuerpo. Recuerden, nada de música, tenemos que
comenzar por escuchar a nuestra piel, que con el tiempo nos guiará a nuestro
sexo. Todo elemento sonoro externo por el momento está descartado (más adelante
se podrán añadir elementos para enriquecer la auto-satisfacción). Para llegar a
una verdadera auto-satisfacción se necesita una evolución del cuerpo y de la
mente. Como dije en el capítulo anterior, llegar a una masturbación es sencillo,
pero sentirse realizados por medio de la auto-satisfacción es algo más
complicado. La auto- satisfacción no termina, cada momento es una prueba que
supera el anterior, llegando hasta donde estamos dispuestos a disfrutar, no hay
límite. La masturbación relaja, la auto-satisfacción conforta.
Este
ejemplo de la habitación y la cama es para principiantes. Para tener la base de
una posterior y más variada auto-satisfacción, todo lo externo es aplicable,
dependiendo del entrenamiento que tengamos. Poco a poco y muy lentamente iremos
incluyendo elementos que enriquezcan el proceso, pero por ahora no. Si
comenzamos por el final, el placer será un simple espejismo. Todo es evolutivo
y para llegar a la gloria hay que comenzar desde muy abajo. Conociendo nuestro
cuerpo lograremos el control para alcanzar otra dimensión. Si queremos
crecer, tenemos que alimentar las raíces.
Esta
noche, dejen el cuerpo desnudo, abierto al universo, despejen la mente de todo
lo terrenal y comiencen el viaje. En la mañana seguramente serán más felices,
es el comienzo.
(CAPÍTULO
III)
Posiblemente para el hombre una de
las mejores horas para la auto-satisfacción esté entre las últimas horas de la
madrugada y el amanecer, que puede o no coincidir con el horario de la mujer.
Cada uno somos un mundo, y la generalidad no siempre tiene la verdad absoluta,
y en pocas ocasiones es objetiva.
Si
la noche anterior han dormido completamente desnudos y en alerta. Cuando digo
en alerta es sexual y mentalmente. En la mañana (o cuando puedan) deben
escribir la experiencia de la placentera noche vivida. Si al leer esto que les
trasmito ponen peros, o no están abiertos al conocimiento, seguramente no
funcionará. El pesimista tiene el don de permanecer, de
nunca decidirse a partir, por ende, nunca llegará al final. El
pesimista, es el eterno estudiante que no se arriesga.
Cada
experiencia debe de ser consciente. El hombre sentir el
pene tenso desde la cabeza a los pies, estando la vejiga vacía en
todo momento, y escuchar el esperma que circula por los testículos hacia
el exterior de su miembro. Recuerden, sin llegar a eyacular. No es sexo
tántrico, es dejar escapar, cuando se tenga dominio, de algunas gotas de
fluido, y repetirlo cuantas veces estemos dispuestos a experimentar. En este
nivel, el pene debe ponerse erecto solamente con la ayuda de la mente, y lograr
el estimulo desde el interior. Para el hombre sería
muy fácil apoyarse en el recuerdo, y dejar pasar por la mente
secuencias de fotos, o escenas intensas de sexo vivido o imaginado, pero no. Es
primeramente una experiencia personal, no compartida, nacida desde nuestros
temores y complejos.
La
mujer posiblemente esté más entrenada en esta práctica. Es fuerte, y se
enfrenta desde muy joven a sus temores en soledad. La auto-satisfacción en la
mujer, ha estado presente desde siempre en su mundo estrecho, impuesto por una
sociedad gobernada por hombres desde el comienzo de la humanidad. Han
hecho de sus temores, el arma para ser más fuertes. Cuando la mujer, realiza
una masturbación, es más completa que la de un hombre, porque su entrega no es
de placer, es de liberación. Es el orgasmo del fin de las ataduras.
Más
adelante veremos las condiciones orgánicas y genéticas de cada uno.
(Capítulo IV)
En el capítulo anterior mencioné los factores genéticos
y orgánicos a los que nos enfrentamos a la hora de esta práctica. El
factor genético es sumamente importante. Cuando conocemos a fondo
nuestras posibilidades, podremos sacar un mejor partido a nuestro cuerpo.
Quiero recordarles, que esta auto-satisfacción no se limita simplemente a los
órganos sexuales femeninos o masculinos. ¡No! Es una práctica, que pone en
alerta todo nuestro organismo, físico y mental. Cada parte del cuerpo juega un
factor sumamente importante, y para completar, a nuestro cuerpo, se le suma, la
genética que heredamos a la hora de nacer.
La genética, nuestra genética, es un don que se nos ha otorgado a
la hora de nacer. La mayoría de las veces se reniega de nuestra genética, y es
un error. Posiblemente muchos no estamos conforme con el tamaño y grosor de
nuestro pene, con el color y los pliegues de nuestra vulva, con la
forma desenfadada de nuestros testículos, o con el poco o
mucho volumen nuestros pechos. Sin llegar a mencionar, todo lo que se
cae por la fuerza de gravedad. ¡No son consecuentes con su cuerpo!
¡Deben sentir más amor por su persona! ¡Nadie tiene la verdad absoluta sobre
los cánones de perfección y belleza! ¡Y deben recordar, que la persona que
tenemos a nuestro lado, o queremos conquistar, no lo considera así, apartarla
definitivamente de nuestra presencia! ¡No se merece ni un pequeño espacio de
nuestra piel, o un simple giro de cabeza!
Hay que aprender a sacar partido a nuestras condiciones físicas.
Todos estamos aptos para una auto-satisfacción. ¡Todos! Y dejar los lamentos y
auto-compasión para otra vida, si es que fuera necesario. ¡En esta existencia
hay que ser fuertes! Las limitaciones debemos convertirlas en virtud,
y sacar partido a cada espacio, por muy pequeño que sea, de nuestra piel.
Cuando nos entregamos con autenticidad, creamos una energía positiva a nuestro
alrededor, que todo se hace placentero; y el que no entra en nuestro juego, por
prejuicios, o por considerarnos, falto de belleza, es un mediocre que está
perdido en el espacio vacío de su cabeza.
Cada pecho, en toda su variedad es, sublime. El volumen, la
estructura de sus líneas son apasionantes. La amplitud de su aureola en
complicidad con el pezón forman un binomio extraordinario. Toda la
genética respecto a la forma, color, tamaño, desprendimiento del músculo, es
completamente bello, sin excluir ningún ejemplo. La cantidad de
elementos en nuestro cuerpo, también está registrada en nuestro
cerebro como una verdad absoluta, pero no es verdad. Piensen por un momento la
visita de una dama con tres o más pechos, o de un caballero con dos penes, o
tres testículo. ¡Es una experiencia alucinante! Algunas culturas, consumen
alimentos o carnes, que para otras, sería una abominación, y viceversa.
Esto da la medida, que la verdad no es absoluta, y que todo
es sumamente extraordinario y bello. ¡Todo! Dependiendo del ojo de
quien lo mire, el milagro será realidad.
(Capítulo V)
El factor orgánico es el otro
cincuenta por ciento dentro del juego apasionado de la auto-satisfacción. Les
había mencionado sobre las formas, tamaños, grosores, o aspecto en general de
los órganos sexuales tanto de la mujer como del hombre. Todos los tabúes que
tenemos sobre este aspecto, debemos dejarlos a un lado y comenzar de cero. Lo
importante dentro de esta práctica es sacar el mayor partido a cada una de las
zonas de nuestro cuerpo, y para lograrlo, hay que conocerse más y mejor. Hacer
de una limitación, una virtud. Cuando pensamos que no damos la talla, o que no
estamos a la altura de una circunstancia es falso, debemos verlo como una meta
que debemos de lograr.
En el escaparate
de la humanidad, cada uno de nosotros contamos con posibilidades variadas (en
cuanto al sexo y al placer) que nos identifican para bien o para mal, y esto es
nuestro don. En la auto- satisfacción no hay fronteras. Un pene pequeño,
retorcido o flácido, es tan sublime, o más, que uno que se toma por normal. Una
vagina poco profunda, estrecha y seca, es tan deliciosa como cualquier otra. Un
cuerpo sin líneas, de estructura mayor, y de piel curtida en mil batallas, goza
de belleza y pasión si su dueño o dueña lo desean. Cada ser humano porta
infinitos secretos por descubrir, y cada edad trae consigo un embrujo y su
verdad. Hay que vivir cada momento como si fuera el último de nuestras vidas, y
en todos ellos entregarnos sin medida ni condición.
Se de un hombre
que dejó de practicar el sexo porque su erección no era completa. Con los meses
la disfunción fue mayor y probó con las pastillas milagrosas, hasta dejar su
órgano al olvido. ¡Esto es lo menos indicado! ¡Lo peor que se puede hacer! Este
hombre no llevaba una vida sana físicamente. El poco ejercicio de su cuerpo y
los excesos de todo tipo en su dieta, lo convirtieron en un paralítico sexual.
Se abandonó en cuerpo y mente, y su órgano sexual cada vez fue más pequeño,
hasta ser algo menos que nada. El pene dejó de ser multifuncional, para
convertirse únicamente en el grifo que da paso al líquido residual de nuestro
cuerpo. ¡Qué impotencia para un órgano dispuesto a mantenerse vivo!
En la parte
orgánica que le toca, este hombre mató a su pene através de su cuerpo, pero la peor
renuncia fue la de su psiquis. No tenía un pensamiento fuerte y entrenado para
influir en todo su organismo. Era de mentalidad débil, y como la mayoría de una
generación, condicionada por los prejuicios y las creencias
religiosas-doctrinales. ¡El pecado mayor es dejar morir sin ningún sentido
nuestra sexualidad! ¡Aquí sí hay pecado! Cuando el problema de disfunción es
mayor, y no está en nuestras manos la solución, hay que entrenar aún más la
mente y llenarnos de espiritualidad. Debemos hacer del obstáculo una vía para
alcanzar la auto-satisfacción. ¡Recuerden! ¡La auto-satisfacción es algo más
que una ínfima masturbación, es el paraíso de nuestros deseos. ¡Si queremos, todo
podemos sentir placer, sólo hay que trabajar!
(Capítulo VI)
Hay un ejercicio que debemos
realizar para continuar el entrenamiento hacia una auto-satisfacción placentera
y plena. “La imagen opuesta”, es el nombre de este ejercicio que les propongo.
Consiste en poner el cuerpo de pie, frente a un espejo de tamaño igual o mayor
a nuestras dimensiones. El cuerpo lo debemos ver en su totalidad, nunca
cortado, ni distorsionado por ningún elemento ajeno a nuestra voluntad. Para
realizar este ejercicio, antes debemos disponer el cuerpo y la mente, siguiendo
los pasos que se recomiendan en el capítulo I, II, III, la preparación en toda
su totalidad. ¡Recuerden que mientras más entrenados estemos, mayor será la
evolución!
Antes de enfrentarnos al
espejo, y después de hacer la preparación comentada, el paso siguiente sería
vestir el cuerpo sin mirarnos al espejo. ¡Las vestimentas tienen que ser
nuevas! Cuando digo nuevas, me refiero a que nunca antes la han puesto sobre
sus cuerpos. ¡El descubrimiento del elemento nuevo! Es fundamental escapar de
las prendas llamadas “sexys”, que no son más que reclamos comerciales para
conducir las mentes a su terreno. La vestimenta debe ser holgada, sencilla, y
transpirable, de tejido voluble, que descanse en nuestro cuerpo y lo modele en
cada movimiento. No deben llevar tintes de ningún tipo estos textiles, es
preferible que sean de color natural, el blanco puro y luminoso.
Lo fundamental es escapar del diseño
común en la vestimenta del hombre y la mujer, que nos condiciona un tipo de
comportamiento establecido. Dependiendo del vestuario que llevemos, así nos
comportamos ante una u otra situación. La mayoría de los hombres y las mujeres
de este planeta, toman la personalidad a través de sus ropajes, y se dejan
llevar simplemente por ellas. Las ropas influyen de tal forma, que muchas veces
parte de la violencia en la vida cotidiana, es determinada por la seguridad que
nos proporciona determinada prenda. ¡Si en la política, sus representantes
vistieran como simples mortales, sin tantos protocolos y acartonamientos,
seguramente sus oídos serían más receptivos y estarían más cercanos a la
población! ¡Si los banqueros hicieran lo mismo, posiblemente el dinero, fluyera
con algo más de trasparencia y equidad! ¡El vestir influye en la personalidad
para bien o para mal, simplemente hay que saber elegir!
Una especie de bata, túnica,
quimono, como el quieran llamar, donde el cuerpo se sienta sin ataduras, sería
la prenda ideal para descubrirnos ante el espejo, y poder actuar con libertad con
la mayor naturalidad del mundo. Esta túnica blanca, debe llegar a la altura de
los tobillos, y las mangas, hasta las muñecas, con un escote más abajo del
nacimiento del pecho, lo mismo para el hombre como para la mujer. Solamente
quedaría desnuda, al descubierto, la cabeza, las manos, y los pies. ¡Recuerden!
¡No se debe de llevar ningún tipo de ropa interior! Sobre el mapa de la piel no
debe haber presión alguna. ¡Todo fuera del cuerpo, cadenas, pendientes,
colgantes, piercing, relojes, y demás, nada que no sea la piel y la túnica!
¡Nada de maquillajes! ¡El cabello debe de estar suelto y cepillado! Entonces, con
el cuerpo preparado de antemano (capítulo I, II, III), comenzaremos la
meditación, para poner la mente en
armonía con el cuerpo y el espacio que nos rodea. ¡Seguidamente nos
enfrentaremos al espejo!
En el capítulo siguiente
comenzaremos por la meditación para seguir hacia el camino de “la imagen
opuesta”.
(Capítulo VII)
LA MEDITACIÓN.
Con el cuerpo listo de ante
mano entraremos en la meditación. La posición que adoptemos para meditar debe
ser la más favorable y armoniosa para la persona que lo realice. Acostado boca
arriba sobre el suelo, de pie, o en la posición de flor de loto (esta última es
algo más complicada si no se ha realizado antes) cualquiera de ellas, sería un
buen comienzo. Pongamos el ejemplo de la posición tendidos sobre el suelo. Las
piernas rectas, y los brazos extendidos en ángulo de 45º con la cadera. Las
palmas de las manos colocadas hacia arriba dejando que los dedos encuentren una
posición natural. La cabeza debe descansar placidamente junto con el cuello sin
ningún tipo de presión. Cuando todo el cuerpo esté tendido sobre el suelo,
cerraremos los ojos y terminaremos de encontrar el mejor acomodo.
Empezaremos con la respiración.
Tomaremos lentamente el aire por la nariz contando hasta 4, y lo retendremos en
7, para después expulsarlo en 4 por la boca. En la primera inhalación,
posiblemente el tórax se extienda hasta levantar los hombros, no sería
correcto. Debemos controlar la respiración sin hacer ningún movimiento brusco. El aire debe entrar
a los pulmones pausadamente y de la misma forma salir. Esta respiración se
repetirá las veces necesarias hasta que el simple hecho de respirar sea
imperceptible, pero consciente. Llegaremos a la concentración por medio de la
respiración. Normalmente no tenemos en cuenta la respiración, es una acción
inconsciente que realizamos durante todos los días de ésta nuestra existencia.
Con este ejercicio lograremos una compenetración física y espiritual con
nuestra maquinaria corporal. Cuando lo controlemos, pasaremos a un conteo
mayor, 12-7-12, y así, hasta alcanzar una mayor capacidad pulmonar. Los
primeros ejercicios respiratorios pueden producir algún mareo, pero es normal,
porque los pulmones están tomando una mayor cantidad de concentración de
oxígeno a la que no estaban acostumbrados. Los pulmones son como nuestro
cerebro, que no explotamos de ninguno de los dos en su totalidad, las amplias
posibilidades que nos brindan.
Siempre el número (el conteo)
al tomar y expulsar el aire debe ser el mismo; pero en todo caso lo mejor será
concentrarse por ahora en uno solo (12-7-12 no está mal).
Hay que visualizar el aire
entrando lentamente por la nariz, y sentirlo en su recorrido, hasta llegar a
los pulmones y expandirlos sin ningún esfuerzo. Una vez allí, retenerlo, sin
sentir que en la garganta se forma un nudo (la glotis debe estar relajada). Al
soltar el aire por la boca, en cada conteo, liberaremos junto con él, todo lo
negativo que el cuerpo y la mente absorbió durante el día. De esta forma,
inconscientemente, entraremos en un estado de concentración ideal para
continuar el ejercicio. Posiblemente la primera vez se sentirán algo
defraudados, pero es como todo, con la continuidad y persistencia se puede
llegar a la perfección, y de aquí, al virtuosismo, que es lo que queremos
lograr para llegar a una placentera auto-satisfacción. Hasta que no controlemos
la respiración, no pasaremos al siguiente objetivo. Las cosas hay que hacerlas
bien desde el comienzo, porque sino, seremos una copia más.
Después de esta respiración
“consciente”, el siguiente paso será el cuerpo, que lo trataremos en el próximo
capítulo.
(Capítulo VIII)
Hemos respirado de forma consciente. Ahora
podemos decir que con el entrenamiento continuo podemos llegar a controlar la
respiración. Cuando llevamos el cuerpo al máximo, por ejemplo, corremos veinte
o treinta minutos a buen paso, la respiración nos quiere dominar, y si no
estamos entrenados nos faltará el aire y seguramente nos detendremos. Nosotros
debemos tener el control de nuestro cuerpo en todo momento, y no lo contrario.
Estos ejercicios nos llevaran primeramente a conocer nuestro cuerpo para
después dominarlo, siempre y cuando lo llevemos por buen camino.
En este momento estamos tendidos en el suelo, en la
posición antes mencionada. La respiración está bajo control, y nos centraremos
en el cuerpo para llevarlo totalmente a la relajación. Los comienzos no son
siempre placenteros o satisfactorios, y posiblemente necesitaremos mayor
entrega y concentración para lograr nuestro propósito.
Poco a poco sentiremos como vamos entrando en un líquido agradable y templado.
¡Respiramos! ¡Despacio respiramos! ¡Una y otra vez! ¡Lentamente y sin prisa! ¡Muy
despacio, vamos a otro ritmo, a otra revolución! ¡Los párpados nos pesan cada
vez más! ¡Es imposible luchar contra ellos, y al final desistimos! ¡Caen por su
peso cerrándose del todo! Ahora estamos más a gusto, nos sentimos protegidos de
todo lo que nos rodea. ¡Somos muy ligeros, etéreos! Flotamos, nuestro cuerpo es
ligero como una pluma de ave. ¡Estamos entrando en un lugar muy agradable!¡La
temperatura justa que deseábamos!
Sin prisa, nos centraremos en cada parte de nuestro cuerpo. La cabeza reposará
cómodamente, sin ninguna presión a favor del suelo. Todo el rostro dejará de
estar tenso. Los pliegues de la frente, el entre cejo, los párpados, las
comisuras de la boca, la lengua, los ojos, y las orejas; desaparecerá en ellos
la mínima rigidez ¡Todo caerá por su peso! Cada músculo de la cara se liberará
de las preocupaciones acumuladas por años. ¡Es agradable este momento! ¡Muy
agradable!¡Todo el cuerpo flota! ¡Viaja en un líquido muy cálido! Seguiremos
hasta el cuello, la garganta, la laringe, los hombros, los brazos y antebrazos,
las manos con cada uno de los dedos, las venas y arterias; lo más ínfimo se
perderá en este fluido entrañable. Todas las articulaciones y músculos
reposaran plácidamente.
Seguiremos hasta la pelvis. Los glúteos relajados, hasta sentir que el ano se
expande, junto con la vagina y el pene de forma voluntaria. Cada parte del
cuerpo la visualizaremos sin prisa para eliminar toda rigidez y
experimentar otra dimensión. Puede ser que la relajación deje escapar exterior
fluido o gases corporales; no importa. Es buen síntoma porque significa que no
hay tensiones.
De esta forma continuaremos por las piernas, las rodillas, gemelos, pies,
dedos, y cada una de las articulaciones de nuestra anatomía. Poco a poco
daremos un paso mayor, hasta visualizar cada uno de los órganos internos de
nuestro cuerpo. Lo veremos todo. ¡No es fácil, pero se puede lograr! Con
trabajo, constancia, y mucha concentración se puede hacer milagros. En esta
existencia no hay nada imposible si se desea con todo el cuerpo, los sentidos,
y el alma. ¡No lo duden que así es!
En esta posición, o en otra (les mencioné la flor de loto) comenzaremos la
meditación. La meditación va ligada a la respiración, la concentración, y
relajación. La preparación del cuerpo es un proceso de continuos sucesos que se
van sumando hasta lograr el objetivo deseado. La sabiduría se logra con el
constante aprendizaje. La constancia nos puede llevar a una perfección
ideal. Si no probamos, nunca sabremos nuestras limitaciones, complejos,
ataduras sociales y morales. Hemos sido educados en base a reglas establecidas
por el propio hombre para mantener su hegemonía sobre los demás. ¡La sociedad
del control! Todo lo que está fuera de estos patrones éticos y morales es
incorrecto. ¡Es una vergüenza saber que aún en nuestros días en muchos países,
y en demasiadas mentes, el sexo sea considerado sucio y perverso! ¡Pero lo más
triste, que muchos han muerto y morirán, sin probar los placeres genuinos y sin
límites de la carne!
(CAPÍTULO IX)
LA MEDITACIÓN: La meditación se
llega con el complemento de las demás acciones antes mencionadas. La mejor
formas es la utilización de una especie de mantras, pero partiendo de la
experiencia de cada uno. Debemos identificarnos con su esencia. Las palabras
colocadas de cierta forma llegan a formar un cántico bien elaborado para esta
práctica. Se pueden utilizar consonantes mezcladas con vocales, y vocales a su
vez con consonantes y viceversa, hasta lograr que las palabras bailen al salir
de la boca; una musicalidad en toda regla. Pueden experimentar poco a poco en
su vida privada (es un ejercicio positivo para lograr un mantra personal)
Les dejo algunos ejemplos de mantras para que prueben.
---- Sama sama sama, sam. Sama sam, sama sam.
---- Iela iela iela, él.
Iela él, iela él.
---- Tono tono tono, tam.
Tono tam tono, tam.
---- Mana mana mana, mam.
Mana mam, mana mam.
No es una broma. Es muy
en serio. Estos son mantras sagrados para encontrar la concentración y la paz
interior. Pueden comenzar por estos mantras hasta descubrir los propios, los
que rigen nuestra personalidad. Busquen la musicalidad de las palabras, sin
tratar de encontrar un sentido a las mismas, que no es lo importante. La repetición
consciente los llevará a una concentración total, y esta a su vez a la
relajación. Si alguna vez desean expresar sus experiencias de la forma que
deseen, seré todo oído; pero solamente, si les nace de su interior, no lo
olviden.
“La imagen opuesta”
Después de lo comentado
en los capítulos anteriores, es la hora de enfrentarnos al espejo. Es posible
que durante todo este proceso nuestro cuerpo esté excitado, pero si hemos
llegado hasta aquí sin producirnos una masturbación (de la forma cotidiana que
hemos comentado en capítulos anteriores), es porque comenzamos a tener el
control sobre nuestra mente y nuestro cuerpo. Esto es bueno, porque tener el
“control” hace que llevemos la voz cantante ante todo; absolutamente todo. Con
el control nuestros sentimientos están protegidos, y no se airean al viento
ante cualquier impostor o impostora, que lo único que buscan es el placer de
hacer daño al vulnerable. Desnudarnos de cuerpo es una nimiedad, no perdemos
nada, pero desnudar los sentimientos, nos exponemos a perder la paz y el
futuro.
El sentido de este ejercicio es descubrir a la imagen que encontramos en el
espejo, que es muy diferente a la nuestra. No debemos en ningún momento
mirarnos en el espejo, no, porque no somos nosotros. Buscamos la imagen
opuesta, la que nunca antes habíamos descubierto y que habita en nuestro
interior y en nuestras líneas corporales. Comenzaremos a amarnos a nosotros
mismos, a desearnos, gustarnos, y complacernos, es la mejor vía para amar a los
demás. Es la hora de proporcionarnos una auto-satisfacción.
Continuará...........................
Continuará...........................
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