sábado, 28 de julio de 2012

“LA MEJOR HORA PARA PROPORCIONARNOS UNA AUTO-SATISFACCIÓN “


                               


(CAPÍTULO I)

                ¡La mejor hora puede ser esta, depende de ti, o de vosotros! Es la hora en que no estamos, cuando permanecemos ajenos al mundo atávico que nos estropea los sentidos. En este momento debemos invitar a nuestro cuerpo a un viaje, dejándolo en calma total y por el momento en reposo. Posiblemente en el primer intento no se logre, pero con la práctica se va modelando la auto-satisfacción. Lo importante de esta experiencia, es que el tema es amplio, podemos llegar a la auto-satisfacción en cualquier materia que ensayemos hasta ponerla en práctica. ¡Ojo! Refiriéndome a la sexualidad, lo importante de esta auto-satisfacción es que no lleguemos nunca a un orgasmo, por ningún motivo o razón; si por algún motivo esto sucede, no sería una auto-satisfacción, solamente una liberación de voluntad. Cuando el hombre eyacula, o la mujer experimenta espasmos vaginales, aunque sea por medio de la masturbación, no es una auto-satisfacción, es únicamente energía que se escapa sin control, dejando nuestro sexo al olvido. Este momento debe ser trascendental.
   El control llega con la práctica, y en las primeras tentativas hay que estar muy alerta para no tomar por el camino errado. Lo primero es encontrar la hora adecuada para nuestras intenciones; siempre, y es sumamente importante, debemos estar con el estómago limpio, vacío de todo alimento y sustancia tóxica que pueda dañar la auto-satisfacción. En ayunas es una hora recomendable, después de pasar por el baño y evacuar todos los líquidos y sólidos que ha retenido el cuerpo de la noche anterior. Seguidamente un baño con agua tibia, que se adapte a la temperatura ambiente. 
Las mujeres no utilizar la ducha de mano en la vagina, puede cambiar el PH de la misma. Solamente pasar muy suavemente, con la mano contraria, los dedos por los labios externos y comprobar la tonalidad de la misma, no deben llegar a estar sonrojados, más bien pálidos. Si poseen mucho bello púbico, nunca rasurarse, puede provocar pérdida de sensibilidad. Con todo cuidado se toma un peine y se va apartando cada mechón de bello púbico, hasta formar dos escuadras bien alineadas, una a la izquierda y la otra a la derecha. A continuación, se toma el dedo índice de cada mano y se presiona lentamente cada labio por la zona externa hasta que la vulva haga acto de presencia. La vulva debe estar relajada, pero radiante. Grabaran en su mente cada rincón de su anatomía, su volumen y grosor. Con un espejo, comprobaran su color.  
Los hombres deben terminar el baño, cuando vean que el escroto se ha reducido y los testículos comiencen a hacer más pequeños que de costumbre. Nunca permitan que el pene intente engordar, es un mal síntoma y posiblemente arrastraría malas consecuencias. No dejen que las venas conquisten la piel. Lo mejor es tomar una cuerda elástica con cada mano y depositar sobre ella el falo, y con un movimiento pelviano lanzarlo al viento una y otra vez con la misma intensidad. En ambos casos la ducha debe ser solamente con agua.
Ahora estamos listos para dejar el cuerpo desnudo y mojado sobre una cama cálida y blanda. Y aquí llega el comienzo del aprendizaje de la auto-satisfacción. ¡Pero esto será en otra lección.




(Capítulo II)

                La habitación debe de estar limpia. Sobre la cama sábanas recién lavadas, si son nuevas mucho mejor, pero de todas formas pasadas por agua. No utilicen productos que interfieran en el proceso. Aunque se piense lo contrario, la habitación debe estar ventilada y con luz natural, para tener una visión  real y completa de nuestro cuerpo. Recuerden, nada de música, tenemos que comenzar por escuchar a nuestra piel, que con el tiempo nos guiará a nuestro sexo. Todo elemento sonoro externo por el momento está descartado (más adelante se podrán añadir elementos para enriquecer la auto-satisfacción). Para llegar a una verdadera auto-satisfacción se necesita una evolución del cuerpo y de la mente. Como dije en el capítulo anterior, llegar a una masturbación es sencillo, pero sentirse realizados por medio de la auto-satisfacción es algo más complicado. La auto- satisfacción no termina, cada momento es una prueba que supera el anterior, llegando hasta donde estamos dispuestos a disfrutar, no hay límite. La masturbación relaja, la auto-satisfacción conforta.
Este ejemplo de la habitación y la cama es para principiantes. Para tener la base de una posterior y más variada auto-satisfacción, todo lo externo es aplicable, dependiendo del entrenamiento que tengamos. Poco a poco y muy lentamente iremos incluyendo elementos que enriquezcan el proceso, pero por ahora no. Si comenzamos por el final, el placer será un simple espejismo. Todo es evolutivo y para llegar a la gloria hay que comenzar desde muy abajo. Conociendo nuestro cuerpo lograremos el control para alcanzar otra dimensión. Si queremos crecer, tenemos que alimentar las raíces. 
Esta noche, dejen el cuerpo desnudo, abierto al universo, despejen la mente de todo lo terrenal y comiencen el viaje. En la mañana seguramente serán más felices, es el comienzo.




(CAPÍTULO III)
                Posiblemente para el hombre una de las mejores horas para la auto-satisfacción esté entre las últimas horas de la madrugada y el amanecer, que puede o no coincidir con el horario de la mujer. Cada uno somos un mundo, y la generalidad no siempre tiene la verdad absoluta, y en pocas ocasiones es objetiva.
Si la noche anterior han dormido completamente desnudos y en alerta. Cuando digo en alerta es sexual y mentalmente. En la mañana (o cuando puedan) deben escribir la experiencia de la placentera noche vivida. Si al leer esto que les trasmito ponen peros, o no están abiertos al conocimiento, seguramente no funcionará. El pesimista tiene el don de permanecer, de nunca decidirse a partir, por ende, nunca llegará al final. El pesimista, es el eterno estudiante que no se arriesga. 
Cada experiencia debe de ser consciente. El hombre sentir el pene tenso desde la cabeza a los pies, estando la vejiga vacía en todo momento, y escuchar el esperma que circula por los testículos hacia el exterior de su miembro. Recuerden, sin llegar a eyacular. No es sexo tántrico, es dejar escapar, cuando se tenga dominio, de algunas gotas de fluido, y repetirlo cuantas veces estemos dispuestos a experimentar. En este nivel, el pene debe ponerse erecto solamente con la ayuda de la mente, y lograr el estimulo desde el interior. Para el hombre sería muy fácil apoyarse en el recuerdo, y dejar pasar por la mente secuencias de fotos, o escenas intensas de sexo vivido o imaginado, pero no. Es primeramente una experiencia personal, no compartida, nacida desde nuestros temores y complejos.
La mujer posiblemente esté más entrenada en esta práctica. Es fuerte, y se enfrenta desde muy joven a sus temores en soledad. La auto-satisfacción en la mujer, ha estado presente desde siempre en su mundo estrecho, impuesto por una sociedad gobernada por hombres desde el comienzo de la humanidad. Han hecho de sus temores, el arma para ser más fuertes. Cuando la mujer, realiza una masturbación, es más completa que la de un hombre, porque su entrega no es de placer, es de liberación. Es el orgasmo del fin de las ataduras.
Más adelante veremos las condiciones orgánicas y genéticas de cada uno.



(Capítulo IV)

                En el capítulo anterior mencioné los factores genéticos y orgánicos a los que nos enfrentamos a la hora de esta práctica. El factor genético es sumamente importante. Cuando conocemos a fondo nuestras posibilidades, podremos sacar un mejor partido a nuestro cuerpo. Quiero recordarles, que esta auto-satisfacción no se limita simplemente a los órganos sexuales femeninos o masculinos. ¡No! Es una práctica, que pone en alerta todo nuestro organismo, físico y mental. Cada parte del cuerpo juega un factor sumamente importante, y para completar, a nuestro cuerpo, se le suma, la genética que heredamos a la hora de nacer.
                 La genética, nuestra genética, es un don que se nos ha otorgado a la hora de nacer. La mayoría de las veces se reniega de nuestra genética, y es un error. Posiblemente muchos no estamos conforme con el tamaño y grosor de nuestro pene, con el color y los pliegues de nuestra vulva, con la forma desenfadada de nuestros testículos, o con el poco o mucho volumen nuestros pechos. Sin llegar a mencionar, todo lo que se cae por la fuerza de gravedad. ¡No son consecuentes con su cuerpo! ¡Deben sentir más amor por su persona! ¡Nadie tiene la verdad absoluta sobre los cánones de perfección y belleza! ¡Y deben recordar, que la persona que tenemos a nuestro lado, o queremos conquistar, no lo considera así, apartarla definitivamente de nuestra presencia! ¡No se merece ni un pequeño espacio de nuestra piel, o un simple giro de cabeza!
                 Hay que aprender a sacar partido a nuestras condiciones físicas. Todos estamos aptos para una auto-satisfacción. ¡Todos! Y dejar los lamentos y auto-compasión para otra vida, si es que fuera necesario. ¡En esta existencia hay que ser fuertes! Las limitaciones debemos convertirlas en virtud, y sacar partido a cada espacio, por muy pequeño que sea, de nuestra piel. Cuando nos entregamos con autenticidad, creamos una energía positiva a nuestro alrededor, que todo se hace placentero; y el que no entra en nuestro juego, por prejuicios, o por considerarnos, falto de belleza, es un mediocre que está perdido en el espacio vacío de su cabeza.
                 Cada pecho, en toda su variedad es, sublime. El volumen, la estructura de sus líneas son apasionantes. La amplitud de su aureola en complicidad con el pezón forman un binomio extraordinario. Toda la genética respecto a la forma, color, tamaño, desprendimiento del músculo, es completamente bello, sin excluir ningún ejemplo. La cantidad de elementos en nuestro cuerpo, también está registrada en nuestro cerebro como una verdad absoluta, pero no es verdad. Piensen por un momento la visita de una dama con tres o más pechos, o de un caballero con dos penes, o tres testículo. ¡Es una experiencia alucinante! Algunas culturas, consumen alimentos o carnes, que para otras, sería una abominación, y viceversa. Esto da la medida, que la verdad no es absoluta, y que todo es sumamente extraordinario y bello. ¡Todo! Dependiendo del ojo de quien lo mire, el milagro será realidad.




(Capítulo V)

                El factor orgánico es el otro cincuenta por ciento dentro del juego apasionado de la auto-satisfacción. Les había mencionado sobre las formas, tamaños, grosores, o aspecto en general de los órganos sexuales tanto de la mujer como del hombre. Todos los tabúes que tenemos sobre este aspecto, debemos dejarlos a un lado y comenzar de cero. Lo importante dentro de esta práctica es sacar el mayor partido a cada una de las zonas de nuestro cuerpo, y para lograrlo, hay que conocerse más y mejor. Hacer de una limitación, una virtud. Cuando pensamos que no damos la talla, o que no estamos a la altura de una circunstancia es falso, debemos verlo como una meta que debemos de lograr.

En el escaparate de la humanidad, cada uno de nosotros contamos con posibilidades variadas (en cuanto al sexo y al placer) que nos identifican para bien o para mal, y esto es nuestro don. En la auto- satisfacción no hay fronteras. Un pene pequeño, retorcido o flácido, es tan sublime, o más, que uno que se toma por normal. Una vagina poco profunda, estrecha y seca, es tan deliciosa como cualquier otra. Un cuerpo sin líneas, de estructura mayor, y de piel curtida en mil batallas, goza de belleza y pasión si su dueño o dueña lo desean. Cada ser humano porta infinitos secretos por descubrir, y cada edad trae consigo un embrujo y su verdad. Hay que vivir cada momento como si fuera el último de nuestras vidas, y en todos ellos entregarnos sin medida ni condición.

Se de un hombre que dejó de practicar el sexo porque su erección no era completa. Con los meses la disfunción fue mayor y probó con las pastillas milagrosas, hasta dejar su órgano al olvido. ¡Esto es lo menos indicado! ¡Lo peor que se puede hacer! Este hombre no llevaba una vida sana físicamente. El poco ejercicio de su cuerpo y los excesos de todo tipo en su dieta, lo convirtieron en un paralítico sexual. Se abandonó en cuerpo y mente, y su órgano sexual cada vez fue más pequeño, hasta ser algo menos que nada. El pene dejó de ser multifuncional, para convertirse únicamente en el grifo que da paso al líquido residual de nuestro cuerpo. ¡Qué impotencia para un órgano dispuesto a mantenerse vivo!

En la parte orgánica que le toca, este hombre mató a su pene através de su cuerpo, pero la peor renuncia fue la de su psiquis. No tenía un pensamiento fuerte y entrenado para influir en todo su organismo. Era de mentalidad débil, y como la mayoría de una generación, condicionada por los prejuicios y las creencias religiosas-doctrinales. ¡El pecado mayor es dejar morir sin ningún sentido nuestra sexualidad! ¡Aquí sí hay pecado! Cuando el problema de disfunción es mayor, y no está en nuestras manos la solución, hay que entrenar aún más la mente y llenarnos de espiritualidad. Debemos hacer del obstáculo una vía para alcanzar la auto-satisfacción. ¡Recuerden! ¡La auto-satisfacción es algo más que una ínfima masturbación, es el paraíso de nuestros deseos. ¡Si queremos, todo podemos sentir placer, sólo hay que trabajar!





(Capítulo VI)

                Hay un ejercicio que debemos realizar para continuar el entrenamiento hacia una auto-satisfacción placentera y plena. “La imagen opuesta”, es el nombre de este ejercicio que les propongo. Consiste en poner el cuerpo de pie, frente a un espejo de tamaño igual o mayor a nuestras dimensiones. El cuerpo lo debemos ver en su totalidad, nunca cortado, ni distorsionado por ningún elemento ajeno a nuestra voluntad. Para realizar este ejercicio, antes debemos disponer el cuerpo y la mente, siguiendo los pasos que se recomiendan en el capítulo I, II, III, la preparación en toda su totalidad. ¡Recuerden que mientras más entrenados estemos, mayor será la evolución!
                Antes de enfrentarnos al espejo, y después de hacer la preparación comentada, el paso siguiente sería vestir el cuerpo sin mirarnos al espejo. ¡Las vestimentas tienen que ser nuevas! Cuando digo nuevas, me refiero a que nunca antes la han puesto sobre sus cuerpos. ¡El descubrimiento del elemento nuevo! Es fundamental escapar de las prendas llamadas “sexys”, que no son más que reclamos comerciales para conducir las mentes a su terreno. La vestimenta debe ser holgada, sencilla, y transpirable, de tejido voluble, que descanse en nuestro cuerpo y lo modele en cada movimiento. No deben llevar tintes de ningún tipo estos textiles, es preferible que sean de color natural, el blanco puro y luminoso.
                Lo fundamental es escapar del diseño común en la vestimenta del hombre y la mujer, que nos condiciona un tipo de comportamiento establecido. Dependiendo del vestuario que llevemos, así nos comportamos ante una u otra situación. La mayoría de los hombres y las mujeres de este planeta, toman la personalidad a través de sus ropajes, y se dejan llevar simplemente por ellas. Las ropas influyen de tal forma, que muchas veces parte de la violencia en la vida cotidiana, es determinada por la seguridad que nos proporciona determinada prenda. ¡Si en la política, sus representantes vistieran como simples mortales, sin tantos protocolos y acartonamientos, seguramente sus oídos serían más receptivos y estarían más cercanos a la población! ¡Si los banqueros hicieran lo mismo, posiblemente el dinero, fluyera con algo más de trasparencia y equidad! ¡El vestir influye en la personalidad para bien o para mal, simplemente hay que saber elegir!
                Una especie de bata, túnica, quimono, como el quieran llamar, donde el cuerpo se sienta sin ataduras, sería la prenda ideal para descubrirnos ante el espejo, y poder actuar con libertad con la mayor naturalidad del mundo. Esta túnica blanca, debe llegar a la altura de los tobillos, y las mangas, hasta las muñecas, con un escote más abajo del nacimiento del pecho, lo mismo para el hombre como para la mujer. Solamente quedaría desnuda, al descubierto, la cabeza, las manos, y los pies. ¡Recuerden! ¡No se debe de llevar ningún tipo de ropa interior! Sobre el mapa de la piel no debe haber presión alguna. ¡Todo fuera del cuerpo, cadenas, pendientes, colgantes, piercing, relojes, y demás, nada que no sea la piel y la túnica! ¡Nada de maquillajes! ¡El cabello debe de estar suelto y cepillado! Entonces, con el cuerpo preparado de antemano (capítulo I, II, III), comenzaremos la meditación, para poner la mente en  armonía con el cuerpo y el espacio que nos rodea. ¡Seguidamente nos enfrentaremos al espejo!
                En el capítulo siguiente comenzaremos por la meditación para seguir hacia el camino de “la imagen opuesta”.





(Capítulo VII)

LA MEDITACIÓN.

                Con el cuerpo listo de ante mano entraremos en la meditación. La posición que adoptemos para meditar debe ser la más favorable y armoniosa para la persona que lo realice. Acostado boca arriba sobre el suelo, de pie, o en la posición de flor de loto (esta última es algo más complicada si no se ha realizado antes) cualquiera de ellas, sería un buen comienzo. Pongamos el ejemplo de la posición tendidos sobre el suelo. Las piernas rectas, y los brazos extendidos en ángulo de 45º con la cadera. Las palmas de las manos colocadas hacia arriba dejando que los dedos encuentren una posición natural. La cabeza debe descansar placidamente junto con el cuello sin ningún tipo de presión. Cuando todo el cuerpo esté tendido sobre el suelo, cerraremos los ojos y terminaremos de encontrar el mejor acomodo.    
                Empezaremos con la respiración. Tomaremos lentamente el aire por la nariz contando hasta 4, y lo retendremos en 7, para después expulsarlo en 4 por la boca. En la primera inhalación, posiblemente el tórax se extienda hasta levantar los hombros, no sería correcto. Debemos controlar la respiración sin hacer  ningún movimiento brusco. El aire debe entrar a los pulmones pausadamente y de la misma forma salir. Esta respiración se repetirá las veces necesarias hasta que el simple hecho de respirar sea imperceptible, pero consciente. Llegaremos a la concentración por medio de la respiración. Normalmente no tenemos en cuenta la respiración, es una acción inconsciente que realizamos durante todos los días de ésta nuestra existencia. Con este ejercicio lograremos una compenetración física y espiritual con nuestra maquinaria corporal. Cuando lo controlemos, pasaremos a un conteo mayor, 12-7-12, y así, hasta alcanzar una mayor capacidad pulmonar. Los primeros ejercicios respiratorios pueden producir algún mareo, pero es normal, porque los pulmones están tomando una mayor cantidad de concentración de oxígeno a la que no estaban acostumbrados. Los pulmones son como nuestro cerebro, que no explotamos de ninguno de los dos en su totalidad, las amplias posibilidades que nos brindan.
                Siempre el número (el conteo) al tomar y expulsar el aire debe ser el mismo; pero en todo caso lo mejor será concentrarse por ahora en uno solo (12-7-12 no está mal).
                Hay que visualizar el aire entrando lentamente por la nariz, y sentirlo en su recorrido, hasta llegar a los pulmones y expandirlos sin ningún esfuerzo. Una vez allí, retenerlo, sin sentir que en la garganta se forma un nudo (la glotis debe estar relajada). Al soltar el aire por la boca, en cada conteo, liberaremos junto con él, todo lo negativo que el cuerpo y la mente absorbió durante el día. De esta forma, inconscientemente, entraremos en un estado de concentración ideal para continuar el ejercicio. Posiblemente la primera vez se sentirán algo defraudados, pero es como todo, con la continuidad y persistencia se puede llegar a la perfección, y de aquí, al virtuosismo, que es lo que queremos lograr para llegar a una placentera auto-satisfacción. Hasta que no controlemos la respiración, no pasaremos al siguiente objetivo. Las cosas hay que hacerlas bien desde el comienzo, porque sino, seremos una copia más.
                Después de esta respiración “consciente”, el siguiente paso será el cuerpo, que lo trataremos en el próximo capítulo.




(Capítulo VIII)


                Hemos respirado de forma consciente. Ahora podemos decir que con el entrenamiento continuo podemos llegar a controlar la respiración. Cuando llevamos el cuerpo al máximo, por ejemplo, corremos veinte o treinta minutos a buen paso, la respiración nos quiere dominar, y si no estamos entrenados nos faltará el aire y seguramente nos detendremos. Nosotros debemos tener el control de nuestro cuerpo en todo momento, y no lo contrario. Estos ejercicios nos llevaran primeramente a conocer nuestro cuerpo para después dominarlo, siempre y cuando lo llevemos por buen camino.
                 En este momento estamos tendidos en el suelo, en la posición antes mencionada. La respiración está bajo control, y nos centraremos en el cuerpo para llevarlo totalmente a la relajación. Los comienzos no son siempre placenteros o satisfactorios, y posiblemente necesitaremos mayor entrega y concentración para lograr nuestro propósito.
                 Poco a poco sentiremos como vamos entrando en un líquido agradable y templado. ¡Respiramos! ¡Despacio respiramos! ¡Una y otra vez! ¡Lentamente y sin prisa! ¡Muy despacio, vamos a otro ritmo, a otra revolución! ¡Los párpados nos pesan cada vez más! ¡Es imposible luchar contra ellos, y al final desistimos! ¡Caen por su peso cerrándose del todo! Ahora estamos más a gusto, nos sentimos protegidos de todo lo que nos rodea. ¡Somos muy ligeros, etéreos! Flotamos, nuestro cuerpo es ligero como una pluma de ave. ¡Estamos entrando en un lugar muy agradable!¡La temperatura justa que deseábamos!
                  Sin prisa, nos centraremos en cada parte de nuestro cuerpo. La cabeza reposará cómodamente, sin ninguna presión a favor del suelo. Todo el rostro dejará de estar tenso. Los pliegues de la frente, el entre cejo, los párpados, las comisuras de la boca, la lengua, los ojos, y las orejas; desaparecerá en ellos la mínima rigidez ¡Todo caerá por su peso! Cada músculo de la cara se liberará de las preocupaciones acumuladas por años. ¡Es agradable este momento! ¡Muy agradable!¡Todo el cuerpo flota! ¡Viaja en un líquido muy cálido! Seguiremos hasta el cuello, la garganta, la laringe, los hombros, los brazos y antebrazos, las manos con cada uno de los dedos, las venas y arterias; lo más ínfimo se perderá en este fluido entrañable. Todas las articulaciones y músculos reposaran plácidamente.
                 Seguiremos hasta la pelvis. Los glúteos relajados, hasta sentir que el ano se expande, junto con la vagina y el pene de forma voluntaria. Cada parte del cuerpo la visualizaremos sin prisa para eliminar toda rigidez y experimentar  otra dimensión. Puede ser que la relajación deje escapar exterior fluido o gases corporales; no importa. Es buen síntoma porque significa que no hay tensiones.
                 De esta forma continuaremos por las piernas, las rodillas, gemelos, pies, dedos,  y cada una de las articulaciones de nuestra anatomía. Poco a poco daremos un paso mayor, hasta visualizar cada uno de los órganos internos de nuestro cuerpo. Lo veremos todo. ¡No es fácil, pero se puede lograr! Con trabajo, constancia, y mucha concentración se puede hacer milagros. En esta existencia no hay nada imposible si se desea con todo el cuerpo, los sentidos, y el alma. ¡No lo duden que así es!
                 En esta posición, o en otra (les mencioné la flor de loto) comenzaremos la meditación. La meditación va ligada a la respiración, la concentración, y relajación. La preparación del cuerpo es un proceso de continuos sucesos que se van sumando hasta lograr el objetivo deseado. La sabiduría se logra con el constante aprendizaje.  La constancia nos puede llevar a una perfección ideal. Si no probamos, nunca sabremos nuestras limitaciones, complejos, ataduras sociales y morales. Hemos sido educados en base a reglas establecidas por el propio hombre para mantener su hegemonía sobre los demás. ¡La sociedad del control! Todo lo que está fuera de estos patrones éticos y morales es incorrecto. ¡Es una vergüenza saber que aún en nuestros días en muchos países, y en demasiadas mentes, el sexo sea considerado sucio y perverso! ¡Pero lo más triste, que muchos han muerto y morirán, sin probar los placeres genuinos y sin límites de la carne!






(CAPÍTULO IX)


                LA MEDITACIÓN: La meditación se llega con el complemento de las demás acciones antes mencionadas. La mejor formas es la utilización de una especie de mantras, pero partiendo de la experiencia de cada uno. Debemos identificarnos con su esencia. Las palabras colocadas de cierta forma llegan a formar un cántico bien elaborado para esta práctica. Se pueden utilizar consonantes mezcladas con vocales, y vocales a su vez con consonantes y viceversa, hasta lograr que las palabras bailen al salir de la boca; una musicalidad en toda regla. Pueden experimentar poco a poco en su vida privada (es un ejercicio positivo para lograr un mantra personal)  Les dejo algunos ejemplos de mantras para que prueben.

---- Sama sama sama, sam. Sama sam, sama sam.
---- Iela iela iela, él. Iela él, iela él.
---- Tono tono tono, tam. Tono tam tono, tam.
---- Mana mana mana, mam. Mana mam, mana mam.

No es una broma. Es muy en serio. Estos son mantras sagrados para encontrar la concentración y la paz interior. Pueden comenzar por estos mantras hasta descubrir los propios, los que rigen nuestra personalidad. Busquen la musicalidad de las palabras, sin tratar de encontrar un sentido a las mismas, que no es lo importante. La repetición consciente los llevará a una concentración total, y esta a su vez a la relajación. Si alguna vez desean expresar sus experiencias de la forma que deseen, seré todo oído; pero solamente, si les nace de su interior, no lo olviden.


       “La imagen opuesta”

Después de lo comentado en los capítulos anteriores, es la hora de enfrentarnos al espejo. Es posible que durante todo este proceso nuestro cuerpo esté excitado, pero si hemos llegado hasta aquí sin producirnos una masturbación (de la forma cotidiana que hemos comentado en capítulos anteriores), es porque comenzamos a tener el control sobre nuestra mente y nuestro cuerpo. Esto es bueno, porque tener el “control” hace que llevemos la voz cantante ante todo; absolutamente todo. Con el control nuestros sentimientos están protegidos, y no se airean al viento ante cualquier impostor o impostora, que lo único que buscan es el placer de hacer daño al vulnerable. Desnudarnos de cuerpo es una nimiedad, no perdemos nada, pero desnudar los sentimientos, nos exponemos a perder la paz y el futuro.
                 El sentido de este ejercicio es descubrir a la imagen que encontramos en el espejo, que es muy diferente a la nuestra. No debemos en ningún momento mirarnos en el espejo, no, porque no somos nosotros. Buscamos la imagen opuesta, la que nunca antes habíamos descubierto y que habita en nuestro interior y en nuestras líneas corporales. Comenzaremos a amarnos a nosotros mismos, a desearnos, gustarnos, y complacernos, es la mejor vía para amar a los demás. Es la hora de proporcionarnos una auto-satisfacción.


Continuará...........................



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