domingo, 14 de diciembre de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



                                            (CAPÍTULO XLIII)


__ ¡Ahora me toca a mí! --confesó Diana entre susurro-- ¡Voy a comérmelo con la mirada!
__ ¡…….! ¡…….! ¡…….! ¡…….! ¡Un……., poco más por favor! --Álvaro le suplicaba que continuase por el rumbo que había tomado con anterioridad. Deseaba sentir la boca de su amada reclamándole los pensamientos.
__ ¡Mis ojos serán testigos de este tiempo y mis expresiones acariciaran a este hermoso vigía para que por su orificio expulse el jugo que tanto me embelesa!
                 Y lo tomó, y tanto que lo hizo. El centinela falo de Álvaro quedó perplejo, atento a cada movimiento de Diana que lo mantuvo en ascuas. Una guerra de mirada, un desafío de intenciones, un relamer de motivos, de ojos, de pieles, de músculos, de venas, y como es de suponer, de destilados salivares que estigmatizaron el litoral.
                  Una pequeña pausa. Necesaria. La justa para humedecer el ambiente. Ella, lo abrigó. Él, no pudo más, y mirándole fijamente a la cara le soltó sus pensamientos.
__ ¡Puedes hacer con él lo que quieras pero no lo abandones!
                 El ardiente amante continuaba restregando su culo sobre la arena al compás del movimiento de su cadera.
__ ¡Lo besaré nuevamente, será el último baño, por ahora!
                 Y sin esperar a que su amado reaccionase, se lo introdujo en la boca hasta llevarlo justo al término de su faringe. Cuando lo tuvo en este espacio, cerró su boca, y sus labios con firmeza aprisionaron al inquieto visitante que cual párvulo infante, no deseaba otra cosa que jugar.
                 Esperó, Diana esperó, esperó con la boca repleta de tentaciones a que su amplia garganta se colmase de saliva para inundar al eterno compañero consolador de bajas pasiones.
                 ¡La verga complaciente de su traviesa vagina!
__ ¡¡Hunnm.......hunnm.......hummmm!! –reclamaba sin parar el encendido amante.
                Cuando el dique llegó al máximo de sus capacidades, ligeramente dilató los labios, y con un leve y constante retroceso, fue exhumando de su boca el anchuroso pene de su amado.
__ ¡Hummmm……..,hunm……., está delicioso! –afirmó Diana.
__ ¿Qué……., haces? ¡No, no, no…….., por favor! ¡¡Espera, espera!! ¡¡...............!! ¡¡¡¡No, no……., te muevas!!!!
                 Álvaro paralizó cada una de sus articulaciones, y su cuerpo quedó entumecido sobre la arena.
__ ¡¡Sí continúas……. así, llegará, a tu boca el diluvio universal!!
                  Diana lo obedeció y se detuvo.
__ ¡¡Así, eso es, no te muevas, sí……., creo que ha pasado!!
                 Los dos se mantuvieron inmóviles, esperando el regreso de la sensatez
__ ¡Sí, ha pasado! –respiró aliviado Álvaro.
__ ¡¡Hunmmm.........................!!          
                 Lo saboreó, y con sumo cuidado dejó caer su mandíbula inferior, pero no lo liberó, lo mantuvo dentro de su boca. Ahora deseaba sopesarlo, calibrarlo, calcular el valor adecuado que podría tener la musculatura de su amado. Y lo consiguió, para ella, valía más que todo el pasado junto, con los lamentos, las incertidumbres, y algunos buenos recuerdos. Así pensaba Diana.
                 Sin darle oportunidad a una nueva batalla, retiró sorpresivamente la cabeza, cayendo al vacío el amor de sus entrepiernas. Y este, blandiendo, permaneció en el aire.
__ ¡Estuve muy cerca de libar tu néctar! –maliciosamente apuntó Diana.
__ ¡No continúes con esas expresiones que la tormenta aún puede retornar!
                 Álvaro inclinó su cuerpo para buscar otra postura, pero también para distraer los impulsos malévolos que deseaban escapar por la oquedad de su glande.
__ ¡Eres impresionante! ¡Siempre me sorprendes! –y llenó los pulmones de aire-- ¡Te quiero decir……., que, sin ti no sabría vivir!
__ ¡Seguramente esto se lo has dicho a muchas chicas! –Diana buscó la mejor manera de relajar tensiones, pero no pudo.
__ ¡Decir, decir! ¡Se pueden decir muchas cosas, pero sentirlas es otro concepto! –El joven se había recuperado y sus impulsos retenidos afloraron nuevamente a su conciencia-- ¡Cuando te digo que no sabría vivir sin ti, no me refiero únicamente al sexo, hablo de la Diana ente, de la Diana ser, de la Diana entrega, de la Diana fidelidad y respeto! ¡Todo esto eres para mí! ¡Eres mi amor!
                 Los ojos de Diana se nublaron, y una cascada de lágrimas se desprendió desde el comienzo de sus párpados
__ ¡No sé cuántas veces te he dicho que te amo! ¡En cada espacio de mi existencia en la que tú estás, todo se me hace menos complicado! ¿Alguna vez te he preguntado si quisieras envejecer conmigo?
__ ¡Muchas mi amor! --le contestó Diana con un nudo en la garganta.
__ ¿Cuántas veces?
__ ¡Las suficientes para seguir sabiendo que tú también seguirás a mi lado aunque el destino nos sea adverso!
                 Fue entonces, sin esperarlo ninguno de los dos, se tomaron de las manos
__ ¡Quiero saber qué se esconde después de este paso por la tierra, pero quiero que tú me acompañes durante todo el viaje! ¿Estás dispuesto?
                 Diana lo miró fijamente, y los dedos de las manos de ambos se envolvieron fuertemente.
__ ¡Sabes que sí! ¡Si lo deseas lo podemos esperar mirando el infinito en esta hermosa playa! –le contestó Álvaro besándola en la mejilla.
__ ¡Como quieras! --respondió Diana, y, los dos, sonrieron, con el semblante fijo en el horizonte. -- ¿Pero si uno de los dos se marcha primero?
__ ¿Por qué me haces esa pregunta? --Álvaro quedó desconcertado.
__ ¡Contéstame! ¿Si uno de los dos se marcha primero?
__ ¡No, siempre estaremos juntos! ¡No quiero responder esa pregunta -- afirmó Álvaro con cierta confusión.
__ ¡Tú no eres dueño del destino! --expresó Diana mirándole a la cara.
__ ¡Tienes razón, pero un mismo deseo cuando lleva la fuerza de los involucrados, si ellos lo desean, se hará realidad! ¡Yo quiero estar ahora, mañana, y siempre, a tu lado! ¡Nada ni nadie nos podrá separar!
__ ¡Tengo miedo! --contestó Diana.
__ ¿A qué le temes? ¿A la muerte?
__ ¡A que nos dejemos de amar! ¡Esto que estamos sintiendo es tan intenso que me da miedo que de repente explote en nuestros pechos! --sus dedos se aferraron con fuerza a los dedos de Álvaro-- ¡Pude ser que mañana.............!
__ ¡Siiiii......! ¡Mañana no existe! ¡Lo que importa es que tenemos la eternidad atrapada en nuestros cuerpos y si nuestras energías van encaminadas en una misma dirección, será imposible su división! ¿Y sabes por qué? ¡Porque seremos un sólo ser! ¡El tiempo, las tentaciones, la monotonía y, la misma distancia, serán nuestras justificaciones para continuar amándonos!
__ ¡Gracias mi amor! ¡No sabes cuánto de amo!
__ ¿Sabes qué deseo ahora? --preguntó Álvaro con la mayor naturalidad posible.
__ ¡Me lo imagino! --y los ojos de Diana alcanzaron un brillo voluptuoso.
__ ¡.......................!
__ ¡Es lo que yo también deseo!
__ ¡.................¡ --Álvaro respondió con un movimiento afirmativo de su cabeza.
                Entonces, sin mediar un simple ademán, sus bocas se fundieron en un perdurable beso.


CONTINUARÁ.........................................