miércoles, 2 de mayo de 2012

“LA MEJOR OPCIÓN”


                La vida es como un teatro. Simplemente debemos elegir de qué lado estamos. Somos público o actores. Podemos ser parte del inmenso público que todas las noches se sienta en la platea a ver el espectáculo, y espera ser sorprendidos para aplaudir al final. O podemos optar por ser los actores que viven, se desgarran, y continuamente cambian de piel con cada personaje que interpretan. Ser sujeto pasivo o activo. ¡Es la esencia de la vida moderna!

                La mayoría de la sociedad elige la platea. Pasan cada etapa de su vida como sujeto pasivo. Algo de culpa tienen nuestros ojos. La visión nos conduce a un escenario abierto y constante que nos muestra una realidad distorsionada. Falsa pero seductora. Una formidable puesta en escena con todos los elementos escenográficos y de utilería. La realidad está montada para apreciarla simplemente con toda su hermosura y participar solamente como un elemento más. Es cuando inconcientemente entramos a formar parte de la representación. Nos convertimos en actores pasivos. Es un defecto de visión.

                En los sueños rompemos con esta subjetividad. Al soñar dejamos de ser el visor de la cámara y formamos parte de la representación. Es un desdoblamiento que no hacemos en la realidad por muchos factores como, inhibiciones, complejos, inseguridades, falta de conciencia o compromiso, tabúes, moralidades impuestas desde la infancia, y una lista interminable en la que terminaríamos agotados. Solución, romper con la cuarta pared. La pared imaginaria que divide el escenario de la platea o viceversa.

                Hay formas y métodos para pasar de un bando al otro. ¡El fundamental, por encima de terapias amañadas y complacientes, estar dispuesto a cambiar! Les aseguro que en esta vida hay que ser actores.