martes, 4 de diciembre de 2012

¡LA SOLEDAD!




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                 Supongamos que la situación en que nos encontramos nos deja poco espacio para desarrollarnos o expresarnos libremente porque estamos al límite de todo. Supongamos que intentamos una comunicación con los seres que nos rodean y no llegamos a una comprensión mutua. Supongamos que los problemas sentimentales, morales, y económicos, nos deja sin aliento el resto de la jornada. Supongamos que al salir de casa estas dificultades se acrecientan porque hacemos comparaciones y nos vemos abocados a expresar impotencia por los cuatro costados. Puede ser que estas referencias no sean una simple suposición y coexistan a diario en nuestras vidas. ¡Puede ser! ¿Sería un problema? Depende cómo lo queramos asumir. El “suponer” y el “confirmar” parte primeramente de nuestro interior y se hace o no realidad si nos sometemos a una u otra interpretación.
                 Los problemas están, pero también se acrecientan porque nosotros deseamos que sea así. Entre estoy mal y no puedo, hay una delgada línea que si la sobrepasamos puede ser muy peligrosa. Por todo esto les comentaba anteriormente que debemos partir de la soledad para mantener equilibrada la balanza y no errar en ninguna decisión. ¡No hay mejor terapia que sentarnos con nuestras suposiciones y nuestras realidades! Nunca se está tan mal como para no querernos a nosotros mismos. Sentir lástima es una cosa, pero dar lástima es el último peldaño por escalar para caer al abismo. ¡Todo en este mundo y en los aledaños se produce por continuidad y nada es estático!
                 Nuestra pareja nos ha abandonado, y con él o ella el norte que nos señalaba el camino. Estamos sin rumbo en un espacio que hasta ahora no percibíamos tan extremadamente grandioso y no sabemos qué hacer sin un guía. Entonces todo comienza a mostrarse en blanco y negro, y las noches pierden el sentido del descanso y nos quedamos enumerando los buenos momentos que vivimos con ella o con él hasta que el amanecer nos sorprenda. ¡Esto es a lo que me refería cuando hacemos una interpretación equivocada del momento! ¡La soledad no es otra cosa que la ausencia de los buenos recuerdos para llegar a una existencia primaria, al principio del porqué!
                 Es complicado no regodearse en la melosidad de nuestros lamentos porque desde que nacimos conscientes o por influencias fuimos educación bajo los preceptos de los principios judeo-cristiano que directamente nos ha conducido por la senda del sufrimiento. Hacer una desconexión es casi imposible, pero si lo intentamos podemos lograrlo. ¡Aquí está la esencia! ¡Debemos ir en contra de cualquier lógica!

Continuará......................
Fotos: Ara y Mandy.