lunes, 19 de noviembre de 2012

¡LA SOLEDAD!


                                         

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                En estos tiempos definitorios en que una decisión nos podría costar el futuro. En que las aguas se desbordan y nos llegan revueltas y algo más que turbias, es cuando debemos estar más en soledad para no perder el cauce y llegar no a la otra orilla, sino al nacimiento del manantial. Muchos, pueden ser mayorías, se deprimen y se refugian en elementos externos para encontrar una falsa salida. Ir contra la corriente no es que sea el mayor error, el error consiste en nadar por el centro del torrente fluvial. ¡Si estamos seguros de nuestros propósitos debemos pegarnos al margen para aferrarnos a lo que encontremos por el camino e intentar rebasar los obstáculos! Estas personas son “activos luchadores” que de alguna manera encontraran lo buscado y no se dejarán intimidar. A estas personas son las que debemos imitar. Siempre con nuestras vivencias y referencias.
                Cualquier ser racional en estos instantes está atravesando una crisis interna con mayor o menor calado. Debemos estar alertas porque todos estamos inmerso en la sociedad directa o indirectamente, y los cambios que afecten a la misma repercuten en un principio individualmente, para más tarde pasar al seno familia y seguidamente al colectivo. Somos fáciles candidatos con inclinaciones depresivas que nos conduce a la destrucción.
                Uno de los factores de por qué sucede esto lo tenemos a mano. Las crisis cíclicas que a su vez son provocadas por la propia humanidad, encuentran por decirlo de alguna manera refugio en la oportuna humanidad. La furia o la rabia son descargadas sobre nosotros implacablemente con intenciones destructivas. Antes que esto suceda debemos estar preparados. Siempre tenemos que estar preparados. La efectividad es funcional cuando la totalidad de los elementos con los que contamos están avisados y entrenados para no dejarse amedrentar.
                ¿Cuál es nuestro punto débil? ¿A qué le tememos? ¡Al cambio! Este es nuestro punto frágil. Cualquier “cambio” produce en nuestro sistema ejecutante un desbalance tal que perdemos cualquier pauta de orientación. Si no estamos entrenados para asumir los que nos llega inesperadamente seremos victimas activas de una profunda crisis. No importa que sea emocional, de identidad, o económica, las crisis se instauran y jamás se van de nuestro lado si no dialogamos con nuestra soledad.  

    
Continuará......................
Fotos: Ara y Mandy.