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En estos tiempos
definitorios en que una decisión nos podría costar el futuro. En que las aguas
se desbordan y nos llegan revueltas y algo más que turbias, es cuando debemos
estar más en soledad para no perder el cauce y llegar no a la otra orilla, sino
al nacimiento del manantial. Muchos, pueden ser mayorías, se deprimen y se refugian
en elementos externos para encontrar una falsa salida. Ir contra la corriente
no es que sea el mayor error, el error consiste en nadar por el centro del torrente
fluvial. ¡Si estamos seguros de nuestros propósitos debemos pegarnos al margen para
aferrarnos a lo que encontremos por el camino e intentar rebasar los obstáculos!
Estas personas son “activos luchadores” que de alguna manera encontraran lo
buscado y no se dejarán intimidar. A estas personas son las que debemos imitar.
Siempre con nuestras vivencias y referencias.
Cualquier ser racional en estos instantes está
atravesando una crisis interna con mayor o menor calado. Debemos estar alertas
porque todos estamos inmerso en la sociedad directa o indirectamente, y los
cambios que afecten a la misma repercuten en un principio individualmente, para
más tarde pasar al seno familia y seguidamente al colectivo. Somos fáciles candidatos
con inclinaciones depresivas que nos conduce a la destrucción.
Uno de los
factores de por qué sucede esto lo tenemos a mano. Las crisis cíclicas que a su
vez son provocadas por la propia humanidad, encuentran por decirlo de alguna
manera refugio en la oportuna humanidad. La furia o la rabia son descargadas
sobre nosotros implacablemente con intenciones destructivas. Antes que esto
suceda debemos estar preparados. Siempre tenemos que estar preparados. La
efectividad es funcional cuando la totalidad de los elementos con los que
contamos están avisados y entrenados para no dejarse amedrentar.
¿Cuál es nuestro
punto débil? ¿A qué le tememos? ¡Al cambio! Este es nuestro punto frágil.
Cualquier “cambio” produce en nuestro sistema ejecutante un desbalance tal que
perdemos cualquier pauta de orientación. Si no estamos entrenados para asumir
los que nos llega inesperadamente seremos victimas activas de una profunda
crisis. No importa que sea emocional, de identidad, o económica, las crisis se
instauran y jamás se van de nuestro lado si no dialogamos con nuestra soledad.
Continuará......................
Fotos: Ara y Mandy.