SEIS.
Vicente estaba eufórico.
Quedamos con él entre semana porque ahora sus noches le pertenecían a Dolores,
la amiga que hizo de su pito un verdadero campeón. ¡Es curioso que en la
primera cita Vicente sintiera los dolores a gusto y regusto! ¡El que no quiere
caldo dos tazas! ¡El dolor le entró de lleno en su vida! Pero nada de esto fue
significativo para el amigo Vicente, que se enfrentó al mundo por una mujer, la
primera mujer de su vida que lo transformó de adolescente a hombre.
Dolores era un encanto. Cuando
la conocimos, después de varios meses de espera porque estuvieron de luna de
miel hasta ahora, supimos que Vicente se llevó el premio gordo de la fiesta. Ella
llevaba consigo un embrujo que nublaba el entendimiento. Fue cuando
comprendimos que Dolores hizo la función de anestésico mágico para que Vicente
aguantara casi toda la madrugada antes de correr al hospital. ¡No importaba que
su pene estuviera en juego, si ante él un mundo nuevo y seductor se le mostraba de
par en par!
¿Cómo pudiera describir a
Dolores? Desde nuestra visión adolescente, los adjetivos no hacían honor a su
presencia. Es verdad que cuando la vimos la primera vez después de la noche de
la fiesta, quedamos impresionados por su edad. No porque pareciera mayor, no
para nada, es que su cuerpo, y la manera de expresarse estaba por encima de
nuestra edad. ¡Una atractiva mujer que hechizó a la pandilla! Cualquiera de
nosotros hubiera dado algo más que el pito por una noche de lujuria con Dolores.
No voy a dar un detalle que no
estuviera en su persona. ¡Puede ser que piensen que no seré objetivo! Esto que les contaré
es la opinión del resto del grupo y la mía, menos la de Vicente, que poseía la fuerza de
los hechos, y mantenía en secreto los pormenores para soltárnoslo a cuenta
gotas. De cualquier manera Vicente alcanzó el olimpo, y nosotros la
complacencia con el mirar. Las historias de nuestro amigo se hicieron comunes
cada semana, cuando las aguas regresaron a su cause. La noche del miércoles, Vicente
dejaba a Dolores sola por un par de horas para encontrarse con nosotros. Lo esperábamos
en el parque como agua de primavera.
Continuará....................................................