sábado, 3 de noviembre de 2012

" LOS ENCANTOS OCULTOS"


                                                    

                                                       -- Cuatro --

                 Mi amigo es un hombre falto de cariño y desde que conoció a Evelyn pensó que ella sería la mujer que lo consolaría en las largas noches de soledad. Esto era lo que pensaba pero en ningún momento se lo dijo a la cara. Mi amigo Valentín no poseía el valor suficiente para diseñar una estrategia amatoria hacia la nueva aprendiz de la empresa, pero recordó que le había sugerido que dejara pistas por toda la oficina sin que ella se diera cuenta de su intención. A estas alturas con la inseguridad de Valentín ella sabía que él perdía la cabeza por sus huesos; lo que no percibió Evelyn fue la profundidad de sus intenciones. Al menos en esto mi amigo llevaba ventaja.
                 El mes estaba a punto de concluir y la tutoría también. Se acercaba la hora de dar un paso hacía al frente para conquistar su anhelo. ¡Mi amigo es un buen escuchante! Cualquier consejo o sugerencia que le des, siempre lo valora y lo utiliza si fuera necesario. De esta manera pensó que dejarle pistas a Evelyn por toda la empresa podía ser un buen método, pero también pensó que estas pistas podían llegar a ser exquisitamente románticas. ¡Para decir la verdad, creo que no andaba mal encaminado en sus pensamientos! Unas pistas para demostrarle su interés y la vez para que las fibras sensibles de Evelyn se conmuevan. ¡Lo mejor sería poner manos a la obra!
                 Entre una de las tares del día de Evelyn estaba el fotocopiar los documentos que se iban a utilizar durante toda la mañana por los diferentes departamentos. Una labor simple pero algo monótona si caemos en la cuenta que la cantidad de folios es impresionante. La fotocopiadora estaba en un pequeño cuartillo a continuación de la oficina de Valentín, lo cual significaba que él y ella eran los únicos que podían tener acceso a la misma. En su departamento había una fotocopiadora por oficina. Cada secretaria realizaba su labor de fotocopiar los documentos en su sección. ¡Nadie, absolutamente nadie utilizaba la de otra oficina! ¡Era perfecto para el plan de Valentín!
                 Antes de poner en práctica su proyecto me lo comentó. Su idea sería dejar entre los folios de la fotocopiadora un texto o un poema, no estaba aún seguro del mensaje, pero alguna nota que pudiera leer Evelyn cuando fuera  al cuartillos con los documentos. Sería muy fácil, en el compartimento de los folios en blanco dejaría su escrito mezclado con todas las demás hojas. Él sabía que las fotocopias que debía hacer Evelyn siempre se hacían por una sola cara, lo cual significaba que por la otra estaría su mensaje de amor. ¡Ella llegaría con los documentos, comenzaría fotocopiándolos y al revisar lo fotocopiado se daría cuenta que por la otra cara, sorpresa, existen palabras, montones de palabras románticas esperando ser leídas por una bella joven llamada Evelyn! ¡No estaba nada mal su plan! ¡Esto sería una pista directa y segura! El único pero sería su contenido. El texto debía ser lo suficientemente elaborado para no caer en la cursilería. El mensaje espontáneo pero a la vez sugerido. ¡Creo que mi amigo tiene una labor agotadora en la próxima madrugada!

Continuará......................
Fotos: ARA.