lunes, 26 de noviembre de 2012

¡VICENTE Y LA ADOLESCENCIA!






          VEINTE.
                Dolores no dio rodeos. Su mano portaba el falo de Vicente que lo estrangulaba por el glande. El torrente lechoso estaba controlado por el momento, ahora debía intentar por todos los medios a su alcance de que la potencia de su amante no disminuyera ni por asomo. --¡Si te mueres te voy a resucitar aunque tenga que remover el cielo para encontrar al Díos del vigor y ofrecerle mis respetos! ¡Esta verga si tiene que dormir, dormirá dentro de mi vagina, pero antes será mía!—Dolores no se andaba con rodeos y su pensamiento lo hizo público para que Vicente se diera cuenta del terreno que estaba pisando, pero esta sensación le gustó a nuestro amigo.
                Con los cinco dedos de su mano oprimiéndole el bálano de su amado, Dolores comenzó su cruzada. Sin explicación alguna Dolores se deslizó hacia las entrepiernas de nuestro amigo, y sin soltar el vivificante madero de todas sus ansias, clavó su boca sobre el desnudo glande y lo absorbió tragándose cualquier resto de semen perdido entre sus dedos. Y como le parecía insuficiente su método, porque deseaba una erección en toda regla, con su otra mano, la que tenía libre, introdujo su dedo índice por el ano a nuestro querido amigo Vicente que reaccionó dilatando sus pupilas. ¡Un dedo dentro de su glúteo y más allá, entraba en la lista de experiencia nueva para el adolescente Vicente! Dolores lo tenía trincado entre la cama y su cuerpo sin posibilidad de escape. --¿En esta situación cuál sería la reacción correcta?—Esta interrogante se la hacía Vicente sin encontrar una respuesta. --¿Si hubiera preguntado a mis amigos lo que se debía hacer en estas circunstancia? ¿Pero quién iba a pensar que en el primer encuentro esta mujer me metiera el dedo por el culo, nadie?—Y Vicente se rompía los sesos pensando para no errar en su decisión.
                Vicente pensó, pensó y volvió a pensar, y mientras pensaba el dedo de Dolores continuaba dentro de su ano con intención de seguir rumbo a zonas inexplorada. El dedo y la boca hicieron el milagro que la experimentada mujer de vertiginosas caderas provocó en la conciencia y en lo límites de nuestro amigo Vicente. ¡El pito, como lo llamaba nuestro amigo, se empinó poderosamente al infinito paladar de Dolores, y con continuados golpeteos le anunció que había resucitado algunos minutos más tardes después de producirse el milagro bautismal que le propició en la cara de Dolores con su cálida leche. --¿Qué dedo?—Las cavilaciones de Vicente dejaron de ocupar un primer plano porque el sentimiento de placer que generó el articulado dedo de Dolores en su recto lo transportó a zonas jamás escrutadas y le borró el recuerdo. ¡Nuestro amigo viajó ligero de equipaje por senderos peligrosos para la mayoría de los machos cabríos! --¿Esto lo mantendré en secreto sin decírselo a nadie?-- Pensaba obviar esta parte de la historia por temor a ser rechazado. Tenía el convencimiento que dejarse introducir un dedo por el culo con su consentimiento no era de hombre. Pero esto nada más lo pensó, porque antes que lo pensara una vez más, Dolores removió cielo y tierra con todas sus falanges y nuestro querido amigo dejó de pensar.   
          
         
Continuará....................................................  
DISEÑO GRÁFICO: ARA Y MANDY.