domingo, 4 de enero de 2015

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



(CAPITULO XLVIII)

                 De cintura hacia abajo tanto ella como él, introdujeron sus cuerpos dentro del mar. La sensación de copular como peces le cautivaba plenamente a Diana. Por esta peculiar razón, intentó que su vagina actuase de la misma manera que un animal oceánico, capaz de succionar y expulsar la mayor cantidad de agua por cada uno de sus accesos para desplazarse o alimentarse; pero en el caso de ella esta acción la llegaba a materializar gracias a sus poderosos músculos labiales. Y para completar su labor utilizaba como cómplice la corriente marina.
__ ¡Mírame! ¿Te gusta meterla hasta el final? ¿Se te ha terminado lo que tienes entre las piernas?
                 Diana es irremediablemente una auténtica provocadora, y en el menor descuido del joven, encontraba la vía, o, en este caso, la palabra certera para tensar la situación.
__ ¡Aún no! ¡Toma……., toma, toma y……., toma! --Álvaro se proyectaba con una insistencia pecaminosa sobre Diana-- ¡Esto nada más es el comienzo! ¡Seguramente no tendrás espacio para guardar lo que falta por…….!
                 Dejó de sostenerse en la cintura de Diana y sepultó ambas manos en la arena para continuar taladrando con mayor posibilidad el interior de su amada.
__ ¡Creo sentir algo……., pero……., no,…….ha sido solamente una simple cosquilla! --lo miró directamente a la cara y su blanca sonrisa resplandeció reflejada sobre el cristalino mar-- ¡Si insistes de esta manera……., puede ser que……., pero no te lo puedo confirmar, que……., en algún momento sienta algo dentro de mí!
                 Estas resolutas insinuaciones de Diana partieron directamente al centro de todas las vanidades de Álvaro. ¡Su sangre fermentó instantáneamente! Se puso en pie con la agilidad de un trapecista, tomó su dilatada verga con la mano, se la acercó a la cara con actitud desafiante a la joven, y esperó, solamente esperó. El sólido músculo vertía agua como dragón de Komodo con síntoma de rabia y, se agitaba cual pez fuera de su medio intentando una pronta evasión para regresar a la oscura y protectora oquedad que segundos antes lo acogía.
__ ¡Esto es todo lo que tengo! --y blandió su verga sobre los ojos de Diana como gentil caballero que otorga su bendición al imberbe escudero-- ¡Si no te conformas con esto, tendrás que ir en busca de un mejor y, experimento ejemplar!
 __ ¡Déjame ver…….! ¿Así…….? ¿Puede……….ser? –Diana se apoderó del manojo de nervios de su amado sin previo aviso-- ¡Mirándolo de cerca………., no……., está del todo……., mal, pero me parece poco!
                 Álvaro siempre disfrutó de las bromas de su amada, pero en esta ocasión, por algún motivo no confeso, no se sentía con el ánimo de continuar el juego. De repente le llegó un pensamiento, de esos que denominan inconscientemente “sueños”, y, por qué no, soñó despierto. En sus oníricas reflexiones visualizó una descomunal verga, deseó tener una igual, o mayor, sin caer en lo esperpéntico, para que las palabras de su amada y ella misma, perdiesen sentido con la sola presencia del poderoso ejemplar.
                 Álvaro portaba un falo de entre quince y dieciocho centímetros, dependiendo de la humedad ambiente. Esta insignificante variación la llevaba con orgullo. Aproximadamente tres centímetros más o menos. Tres.
Únicamente tres. Aunque para él no fuese nada, para muchos, dicha diferencia simboliza un infranqueable abismo; por supuesto, para las inestables personalidades de todos aquellos que portan medidas inferiores a estas, es decir, por debajo de quince centímetros. Podría ser denigrante y vergonzoso para incontables hombres. Sin embargo esta cualidad en Álvaro se transformaba en virtud, porque fuera, a la luz del día o a la penumbra de la noche, era una cosa, y dentro, en el interior vaginal, una bien distinta. Quince más tres: Dieciocho. ¡Una camaleónica verga!
__ ¡Más que el tamaño, lo que me obnubila la conciencia es……., su grosor!

                 Diana abrió lo más que pudo su boca y, tragando en seco, no dijo nada más.

CONTINUARÁ.................................


jueves, 1 de enero de 2015

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



(CAPÍTULO XLVII)
                 

                 Una convulsa ola elevó el cuerpo de Álvaro por los aires. Lo sacudió desenfadadamente y sin miramientos lo dejó caer. Sobre Diana se desplomó. La inspiradora estructura de la joven recibió agradecida las carnes y los huesos de su amado, que sobre ella terminó relamiéndose de placer. Con las piernas desplegadas de par en par ella esperó al mesías. Una colisión de órganos que desde hacía algunas horas esperaban la mutua materialización para estrecharse sin compasión. La pelvis de Álvaro se empalmó a la cintura de Diana y, esta, se dejó penetrar por gracia del……. espíritu erguido de su amante.
                 El falo de Álvaro prosiguió su curso:…….caminó, caminó y, caminó……., por el delicado sendero sin encontrar obstáculo alguno que le reprimiese las intenciones. Por el interior de la vagina de Diana anduvo, libre como un ave en pleno vuelo y persistente como un experimentado peregrino; como esos aventureros que religiosamente cada año cumplen con su promesa y son capaces de cualquier cosa por llegar al término de su objetivo.
                 A ella le hubiese gustado que la penetrase en la cala, pero sabía que la simiente de su amado hervía en su interior desde que comenzó a lamerle a la orilla del mar. El músculo de su amado no soportaba un consuelo más por mínimo que este fuese. Se hallaba al borde de un espasmódico, irreversible y, profundo coma.
                 Como intentar cualquier acción en contra de lo deseado sería un nefasto despropósito, Diana separó aún más las piernas para que pasase la necesaria y suficiente potencia, y, ¿por qué no?, también los primarios instintos para que la cúpula fuese un éxito rotundo. Él lo comprendió todo cuando sus testículos convergieron en la orilla del perineo de su amada y la cúspide de su prepucio se topó con el lamento de las plañideras deidades.   
                 En ese término, en que los caminos se bifurcan y los deseos se engrandecen, las bocas de los amantes no pueden ser menos, deben hacer méritos para ganarse la confianza de su reverso. Y es cuando las asimétricas líneas de los labios se confabulan para trazar su propio destino. Un extenso mapa de gráficos y contornos se origina de la misma nada. Las bocas se unen, los labios se abrazan, y las intenciones se manifiestan a pesar de las tempestades y los malos augurios. Es cuando los amantes se reafirman. Sus eternas aspiraciones son las de no separarse hasta que ambos lleguen al otro lado de la vida. ¡Hasta que los dos, al unísono, encuentren el orgasmo soñado y sus órganos tiriten en perpetuas enajenaciones!
                 Al menos este es el objetivo de Álvaro, que con cada martillear de su cintura sobre la pelvis de Diana le expresa que no desistirá hasta extraerle la pulpa necesaria para que sus ojos se pierdan de una vez y por todas en la infinita blancura. ¡Unos ojos que se extravían cada vez que Álvaro la posee intensamente y sin límite!
                 El continúo percutir junto a la incontrolada fuerza de la marea propiciaron el desplazamiento de los cuerpos hacia la orilla. Él se aferró como un náufrago a su amada, y ella, ejerció con satisfacción su función de tabla salvadora. Los dos indisolublemente pegados copulaban retando la marejada que golpeaba sus órganos con insistencia, o, ¿con celo?
                 ¡Hacían el amor como si fuese la primera vez, intentando revelar una pequeña posibilidad para hacer del regodeo un universo!
                 Por esta vez al parecer los dos deseaban alcanzar el orgasmo y no dilatarlo un segundo más. Dejarlo a su propia voluntad. Ser sorprendidos. Que llegase en el momento menos esperado.
                 Diana se perdía literalmente cuando apoyaba los pies sobre los hombros de su amado. Con este talante la penetración es más aguda. A él le complacía sentir los tobillos de Diana sobre su torso mientras la dominaba por ambos lados de su cadera.
                 ¡Cada uno de los amantes acertó con la posición ideal para que el espasmo se concretase en un solo sentido, el éxodo al fondo marino!


CONTINUARÁ............................................