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Este día se me antoja
diferente y no dejaré de hacer lo que está en mi consciencia y en mis manos
para que así sea. Voy calle abajo, y me dejo llevar por la gravedad, por mis
impulsos, mis deseos, y por todas las energías que fluyen de mi interior.
Siento y tengo el cuerpo dispuesto para emociones fuertes, aunque mi propósito
central es continuar siendo célibe, de esta manera debo actuar con extrema
habilidad ante lo que me pueda surgir de improvisto, porque las tentaciones son
muchas y variadas, y en cualquier esquina puede saltar la liebre y quedarme en
el intento
La provocación es un arte y me
dejaré llevar por la primera oportunidad que se me presente para demostrarme
que cuento con las armas suficientes para continuar con mi curiosa experiencia,
no será fácil, pero desde el primer instante lo he sabido, el desear y no llegar
al clímax provocará mucho más que dolores de cabeza. Estaré dispuesto a
soportar una mirada, varias o demasiadas palabras directas o indirectas,
inclusive algún que otro tocamiento con buenas y malas intenciones,
proposiciones, no de leyes, pero sí de imaginería, espacios provocados,
diminutos o grandes espacios, que me lleven al momento justo de poner la mano
para decir que hasta aquí estoy dispuesto, no más, porque si continúo se
perderán todas las intenciones, las alcanzadas hasta ahora, y las que están por
venir.
En este intento de continuar siendo célibe
involucro cada una de las energías acumuladas por semanas, y dispongo mi cabeza
para enfrentarme a lo que pueda llegar, las tentaciones son variadas,
disimiles, y está de más afirmar que sorpresivamente inestables. Seré uno más
entre la multitud, y en mi andar por la ciudad nadie sabrá, solamente yo, que
soy célibe por convicción, pero un célibe provocador, dispuesto con toda
intención para entregarme a la pasión más desenfrenada sin llegar a un orgasmo
de la carne y el intelecto, pero sí de las emociones y los sentidos. Pienso, y
cada día estoy más seguro de ello, que el celibato es por esencia provocador,
tentador en cada centímetro de sus atributos e impulsivamente conforme con lo
que le ha tocado vivir.
Voy calle abajo, pero no por ello
me dejo llevar por los impulsos, mis propósitos son claros y tomaré esta manera
de no-expresión como la culminación de un objetivo concreto que dejará mi
cuerpo dispuesto para cuando decida enfrentarme al sexo de una manera común,
pero por ahora el ser, el llamarme, el nombrarme célibe, lo disfrutaré
íntegramente.
Continuará............................
fOTOS:ara.