QUINCE.
¡Como flor en primavera quedó
la magnánima vagina de Dolores después del ungüento y la ducha relajante! Sin
saberlo Vicente, la experimentada Dolores dispuso su abertura vaginal para
desvirgar al inexperto adolescente, que intentaba pasar por macho experimentado
ante el cuarto de baño. Pero todo esto no lo tuvo en cuenta Dolores, porque
desde el primer instante nuestro amigo Vicente le entro muy dentro del alma, y
su inocente mirada provocó sus bajas pasiones y sus rígidos pezones. ¡Dolores
poseía el poder de relajar las tensiones del día y la flacidez en los músculos
sexuales de nuestro amigo! El que les habla, sin que lo sepa Vicente, sintió en sus carnes este extraño
poder. La noche del encuentro tuve una erección cuando el cabello de Dolores
rozó mi nariz. ¡Unos simples segundos pusieron mi maquinaria viril en funcionamiento!
Algún día les contaré cómo terminé la noche.
Vicente quedó de pie ante la
bañera mirando a la voluptuosa mujer de carnes sólidas y mirada turbulenta. --¡Dolores desnuda es como una roca!—Fueron las
palabras de nuestro amigo. --¡Su cuerpo está estrictamente proporcionado, y cada
espacio del mismo soporta una tortuosa línea!-- Nos contaba la historia como si la tuviera
frente a ella, en cueros y con las piernas abiertas. No podía esperar más, y se
lanzó a uno de sus pechos y comenzó a lamerlo con la voracidad de un caminante
que después de varias semanas encuentra agua.
__ ¡Espera, vamos a la cama! –Le dijo Dolores
apartando la cabeza de Vicente de uno de sus pechos.
__ ¡No puedo más y te voy a meter el
pito ahora mismo!
La forma en que Vicente se expresaba excitaba a Dolores hasta perder el sentido. Una encantadora mujer de educación
impecable, necesitaba inmensamente de la fuerza
de las palabras para alcanzar el cielo con un verbo. Cuando ella se lo
confesó a nuestro amigo, las cosas cambiaron. Vicente comenzó a ganar
posición. ¡Esto ocurrió precisamente cuando escucho estas palabras!
__ “¡No puedo más y te voy a meter el
pito ahora mismo!”--Le dijo Vicente.
__ ¡Hasta dónde me vas a introducir
lo que llevas entre las piernas! –Este juego explicativo puso el pito de
nuestro amigo en posición de lanzamiento-- ¡Me gustas mucho Vicente y quiero
continuar escuchando esas palabras tan hermosas que se escapan de tu boca!
¡Dime algo que me demuestre que me deseas!
Vicente quedó en blanco. Era la
primera vez, como en casi todo, que una mujer le pedía palabras obscenas para desatar
las ardientes pasiones. ¡No podía perder demasiado tiempo porque el tiempo es
sexo! Miró al pubis de Dolores, le introdujo uno de sus dedos de la mano, el índice,
y con la otra, sostuvo su férreo pene dirigiéndolo al clítoris de su amada. Entonces
con voz estrangulada le dijo al oído.
__ ¿Sientes este dedo en tu coño?
¿No? ¡Ahora sentirás mi pinga que entra por tu roja raja rabiosa!
Este fue el comienzo del
eterno triunfo de Vicente sobre la monumental Dolores.
Continuará....................................................
DISEÑO GRÁFICO: ARA Y MANDY.