viernes, 12 de diciembre de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



(CAPÍTULO XXXIX)


                Con toda intención y rompiendo su promesa, Álvaro dejó que su lengua rozase la parte más prominente del clítoris de Diana. Para ella esto fue sin duda una cálida sorpresa. Él le había prometido que únicamente la gozaría con la mirada; pero ya se sabe por incontables hechos en la historia de la humanidad que la mayoría de las palabras confesadas están expresadas, o escritas, con la oculta intención de incumplirlas en algún momento.
__ ¡Por favor no! --le rogó Diana cerrando los ojos-- ¡Ahora estoy viajando entre las flores! ¡Me siento que estoy flotando! ¡Soy como una libélula que busca amparo en la nada! ¿Por qué me has tocado con tu lengua? ¡Ahora……., quiero más! ¡Quítame la libertad para quedarme por siempre en tus brazos!
                 Los pensamientos de Diana incidieron sobre los sentidos de Álvaro que estaba muy cerca de perder completamente el control.
                 Ella continuaba viajando entre la verde vegetación mientras la lengua de Álvaro vibraba de fruición entre las paredes vulvarias de su amada.
__ ¡Te he prometido comerte con la mirada, pero la presencia de tus carnes sonrosadas sobre mi cara me ha hecho dudar! ¡Estas aguas inquietas destruyen mi paciencia! ¡Estoy perdido entre tu ser y por instantes me siento que no soy nada en la inmensidad de tu fuente!
__ ¡No digas más mi amor, que voy a perder las emociones entre tu lengua y la arena! ¡Mírame, entra con todo lo que tengas y puedas en mi mundo, y, no me abandones jamás!
                Los amantes divagaban sobre la orilla de la playa mientras los recuerdos y las sensaciones golpeaban con insistencia sus zonas más sensibles.
__ ¡Ahora estoy viendo el aleteo de una mariposa sobre mi cara! --Álvaro no se quería perder detalle del sorprendente mundo que hasta ahora ocultaba Diana entre sus piernas-- ¡Mira, tienes granos de arena, granos de arena que se han adherido en toda la sima de tu grieta! ¡Voy a unirlos con los dedos hasta formar un abalorio, para que rueden por tu vagina!
__ ¡No……., por favor……., no! --le suplicaba, Diana le suplicaba con gritos de placer.
__ ¿Lo que no se si agruparlos con mis dedos o con mi boca? ¡Tengo muchas dudas!
__ ¡Haz lo que desees……., pero rá…….pido, que me voy acorrer sobre tus ojos!
__ ¡Siento el aroma de perfúmenes salados en el airé mezclados con espigas de lavanda esparcida por tus carnes, y se me antoja que es un delicioso bollo bañado con melazas naturales!
                Diana no se podía permitir abrir los ojos, pero si el alma, y también sus goces.

                 Sin darse a penas cuenta, sintió que un fluido azucarado se escapaba de sus íntimas partes, y convulsionó.  

CONTINUARÁ.................................... 

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



(CAPÍTULO XXXVIII)


                Los dedos de Álvaro continuaron con sus definidas huellas deslizándose con arte sobre el terreno abrupto de la prolongada vagina de su amada. En algunos espacios palpó el leve florecimiento del vello púbico, en otros, los dejó simplemente a que se humedeciesen por efecto de invernadero, y abrigó directamente la piel de su amada, sin pelos ni señales. Álvaro no le dio importancia. Él sabía que la noche anterior ella había tomado una decisión, un nuevo corte de pelo, o lo que no es lo mismo, un artístico rasurado en toda su expresión, y, esto le excitó. Desde que decidieron llevar a cabo el encuentro en la ventana, muchas cosas habían cambiado, y todas para bien. Sus ojos brillaban de goce ante el resplandor que se reflejaba en sus caras proyectándose con los rayos del sol.
                En su nada discreta exploración el amado descubrió en el cachete izquierdo del labio interior, un lunar ovalado, de un intenso color negro, para más detalles, azabache. Lo primero que le vino a la mente fue mordisquearlo.
__ ¡No! ¡Me has prometido que solamente mirarás! --fueron las palabras de Diana.
__ ¡Tienes razón, pero tengo sed! --le contestó Álvaro con una profunda sonrisa y la lengua a medio blandir.
__ ¡Si me lo comes terminaremos rodando por la arena y al menos hoy no llegaremos a la cala!
__ ¡El tiempo no existe! ¡Olvídalo! ¡Puede ser que toda una vida me lleve el contemplar tu abertura! -el joven le habló con un hilo de voz.
__ ¿Sabes una cosa? ¡Estoy a punto de tener un orgasmo y aún no me has penetrado con los dedos!
                 Diana aprovechó este instante para acomodarse aún más. Hincó las rodillas sobre la arena, despejó todo lo que pudo sus piernas, y arrimó su vulva a la cara de su amado
__ ¿Qué te parece esta perspectiva? –le preguntó con desparpajo.
__  ¡Dios mío! ¡Ahora es inmensa! ¡Una infinita cordillera montañosa me impide ver el horizonte! ¡Es como si volase sobre las elevaciones para caer por sorpresa sobre la cima de una de sus crestas! –La impresión de Álvaro no era errada. Sus ojos querían dominar todos los ángulos posibles hasta encontrar el talismán de sus sueños-- ¡Los matices son más personales! ¡Creo que lo que buscaba……., lo he encontrado!
__ ¡Te quiero! ¡No te detengas mi amor, ábrelo todo, y deja que la luz y tus ojos penetren en mi interior para sentir la vida en mis entrañas! ¡Te amo, y por nada del mundo dejaré que otras manos, otros ojos, otras bocas, y otra verga me posean! ¡Antes dejaré que las aguas del mar se lleven mi cuerpo!
__ ¡No será necesario porque siempre estaré dentro de ti!
                Le dijo el joven, y con lágrimas en los ojos, le fue imposible cumplir con su promesa.


Continuará…………………….