viernes, 12 de diciembre de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?



(CAPÍTULO XXXVIII)


                Los dedos de Álvaro continuaron con sus definidas huellas deslizándose con arte sobre el terreno abrupto de la prolongada vagina de su amada. En algunos espacios palpó el leve florecimiento del vello púbico, en otros, los dejó simplemente a que se humedeciesen por efecto de invernadero, y abrigó directamente la piel de su amada, sin pelos ni señales. Álvaro no le dio importancia. Él sabía que la noche anterior ella había tomado una decisión, un nuevo corte de pelo, o lo que no es lo mismo, un artístico rasurado en toda su expresión, y, esto le excitó. Desde que decidieron llevar a cabo el encuentro en la ventana, muchas cosas habían cambiado, y todas para bien. Sus ojos brillaban de goce ante el resplandor que se reflejaba en sus caras proyectándose con los rayos del sol.
                En su nada discreta exploración el amado descubrió en el cachete izquierdo del labio interior, un lunar ovalado, de un intenso color negro, para más detalles, azabache. Lo primero que le vino a la mente fue mordisquearlo.
__ ¡No! ¡Me has prometido que solamente mirarás! --fueron las palabras de Diana.
__ ¡Tienes razón, pero tengo sed! --le contestó Álvaro con una profunda sonrisa y la lengua a medio blandir.
__ ¡Si me lo comes terminaremos rodando por la arena y al menos hoy no llegaremos a la cala!
__ ¡El tiempo no existe! ¡Olvídalo! ¡Puede ser que toda una vida me lleve el contemplar tu abertura! -el joven le habló con un hilo de voz.
__ ¿Sabes una cosa? ¡Estoy a punto de tener un orgasmo y aún no me has penetrado con los dedos!
                 Diana aprovechó este instante para acomodarse aún más. Hincó las rodillas sobre la arena, despejó todo lo que pudo sus piernas, y arrimó su vulva a la cara de su amado
__ ¿Qué te parece esta perspectiva? –le preguntó con desparpajo.
__  ¡Dios mío! ¡Ahora es inmensa! ¡Una infinita cordillera montañosa me impide ver el horizonte! ¡Es como si volase sobre las elevaciones para caer por sorpresa sobre la cima de una de sus crestas! –La impresión de Álvaro no era errada. Sus ojos querían dominar todos los ángulos posibles hasta encontrar el talismán de sus sueños-- ¡Los matices son más personales! ¡Creo que lo que buscaba……., lo he encontrado!
__ ¡Te quiero! ¡No te detengas mi amor, ábrelo todo, y deja que la luz y tus ojos penetren en mi interior para sentir la vida en mis entrañas! ¡Te amo, y por nada del mundo dejaré que otras manos, otros ojos, otras bocas, y otra verga me posean! ¡Antes dejaré que las aguas del mar se lleven mi cuerpo!
__ ¡No será necesario porque siempre estaré dentro de ti!
                Le dijo el joven, y con lágrimas en los ojos, le fue imposible cumplir con su promesa.


Continuará…………………….    

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