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¿Hacia dónde nos
debemos dirigir para provocarnos una excitación? A mi cabeza llegan demasiadas
referencias, y debemos encontrar la que nos sea de mayor utilidad. Les comenté
que intentaré mantenerme el mayor tiempo posible siendo célibe, y para ello recurriré
como método a las tentaciones de cualquier índole. Esta semana nuevamente no ha sido nada
fácil, pero continúo intacto porque a estas alturas pienso que puedo lograrlo. Lo
más complicado para cualquier decisión que podamos tomar respecto a nuestras
vidas, es romper con la inercia. Los comienzos no son un campo de flores, pero el
“comienzo” encierra en sí mismo una disposición para enfrentarnos a un cambio
parcial o total en nuestro enfoque existencial.
El primer paso
es tomar la primera determinación. ¿Qué es lo que deseamos cambiar y por qué?
En este paso sacaremos la balanza y sopesaremos las cosas buenas y malas que
nos ha proporcionado esta actitud anterior. ¡Las buenas las pondremos a un lado
y nos quedaremos con las malas! En la lista de las malas tomaremos una sola,
por ejemplo, en referencia a mí caso el mantener un celibato me alarga la vida en
dos vertientes; la promiscuidad dejará de ser un problema de vida o muerte, y
ganaré en tiempo para realizar lo que tanto he deseado. Es un ejemplo que para
muchos será extremo o banal, pero no importa, las creencias están cimentadas
con referencias nada concretas, validadas únicamente por la constante repetición
de su credo durante siglos. La promiscuidad nos puede llevar a la perdición (la
muerte), y el tiempo es muy valioso en todos los sentidos.
Cuando tenemos y
sabemos cual es el “problema” que deseamos eliminar de nuestra repetición asumida, hemos comenzado. Antes me refería al hecho de dejar de fumar. ¡Ojo,
para nada estoy en contra de comportamientos excesivos o pocos saludables! Como
dije anteriormente, nosotros somos los únicos capaces de detectar si estamos
obrando bien o mal con nuestro cuerpo. ¡Nuestras decisiones, erradas o establecidas, son nuestras,
y debemos eliminarlas a nuestra voluntad, como el que decide ser célibe hasta
que el cuerpo aguante! ¡En muchas de ellas con el paso del oro (del tiempo) nos
daremos cuenta que no fueron las más aplaudidas, y solo entonces, si la energía
es benévola con nosotros podremos comenzar una vez más!
Les comentaba
que dejar de fumar depende únicamente de nosotros y de nadie más. ¡Si para
dejar de fumar nos apoyamos en justificaciones hemos comenzado mal! ¡Con toda
seguridad no llegaremos ni al primer objetivo! ¡El tomar una resolución conlleva
un factor clave, la admisión de las consecuencias actuales y posteriores! ¡Yo
he dejado de fumar con todas las consecuencias y firmemente en dos ocasiones de
mi larga vida de inhalador y expulsor de humo! ¡Ahora llevo siete meses sin probar
un cigarrillo! ¡Puedo afirmar que esta será la última vez para dejarlo
completamente; pero dependerá originalmente de mí!
Continuará............................
FOTOS: ARA.
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