sábado, 22 de noviembre de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?




(CAPÍTULO XXIX)

                                        
                                                  "LA VISIÓN"

                Lo que para el instinto no es capaz de percibir, para el cuerpo será imposible de alcanzar. Nuestros amantes han rebasado los términos de lo posible, y con sus desbocadas pretensiones intentan llegar a la cumbre de un imposible. Cada una de las articulaciones que conforman sus cuerpos están al día de hoy lubricadas, sus órganos centrados, las motivaciones a flor de piel, y la mirada enfocada a las partes que normalmente no se aprecian por la abundancia de prendas en el cuerpo.
                Ahora necesitan con toda seguridad pasar de la percepción olfativa a la contemplación visual. Él deseaba estar al corriente de la forma exacta de los contornos y bordes de su amada. La plenitud de su espalda. El arco de triunfo que comienza con el nacimiento de su  magnánimo culo para concluir en los carnosos y exaltados muslos. ¡Indagar en el cuerpo desnudo de su amada que le ha estado provocando con explosivas vibración!
                La respiró. Tragó sus olores más personales. Intimó con sus espacios prohibidos. Esnifó sus sudores y, ahora, desea complacer su curiosidad con las peticiones más alocadas de sus ojos. Ella pensaba lo mismo, y dispuso su materia para que el joven investigase sin requisitos. Había llegado la hora de observar para dejar de fantasear. ¡Llegó el instante de poner a prueba lo que llaman “el ojo clínico”!

                ¿Por dónde comenzaría el reconocimiento? Un dilema que no le importaba demasiado al joven, aunque la destreza la consideraba sumamente necesaria, para que su chica sintiese de a poco la mirada penetrante, y todo el vigor desenfadado al intentar comérsela con los ojos. ¡Era el momento justo de exhibir cada uno de los amantes sus veladas posibilidades, para que el otro no dejase nunca de amarle!

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