martes, 28 de enero de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?


                                                  (Capítulo X)


“EL OLFATO

                Después de sentir la fuerza de los olores y hacer de la espera una virtud, comenzaremos por desnudar el cuerpo. La forma o manera en que iremos renunciando a las vestimentas es sumamente importante. Desde tiempos inmemoriales la humanidad hizo del vestuario un arte, creando estilos y tendencias a lo largo de los siglos. El vestir sin saberlo sentó las bases para provocar los sentidos en las relaciones íntimas. El desnudarse se convirtió en un arte complejo y esperanzador. Dejar las carnes al descubierto requiere mucha habilidad y un tanto de sensualidad.
                Quisiera dejar esta acción de desnudarnos a la sensibilidad de cada uno de vosotros. Recuerden que las prisas no son buenas para nada, y que cada cosa lleva su tiempo y proceso. Debemos sacar partido al instante, y experimentar con nuestra pareja cualquier propuesta aunque parezca una locura a primera vista. La práctica continua y renovadora nos lleva al exquisito espacio del virtuosismo. En todo, pero en todo, debemos entregarnos de lleno, como si en ello nos jugásemos la vida. En ningún momento las ropas deben ser un contratiempo. Si comprendemos su lenguaje podremos incorporarlo al instante justo de la relación íntima con la pareja, las vestimentas serán un aliado al que le podremos sacar un buen partido. Desde que en la mente nos formamos las líneas corporales de nuestra amada o amado, hasta comprobar con nuestros ojos, o en este caso el olfato, la realidad de los armónicos contornos de la anatomía deseada, hay un período que se puede alargar antes de llegar a la antesala de los juegos preliminares. Aunque parezca todo lo contrario, no podemos actuar forzados o mecánicamente, las energías como el deseo deben fluir de forma espontánea hasta el último minuto.
                 En este ejemplo en el que el joven (chico, hombre, etc.) toma la iniciativa, como en el ejemplo contrario, la chica, la mente juega un papel en ciertos momentos “traicionadora”. La lujuria se apodera de las terminaciones nerviosas y actúa como un desencadenante egocéntrico y egoísta. A estas alturas el hombre si está bien entrenado y en forma, su pene estará tan duro y tenso que la piel se le hace escasa para su morfología. Esta potencia y apetito desenfrenado debe ser utilizado con la idea de complacer a la persona que tenemos enfrente.
                 Primeramente hay que volcar las energías para que la pareja nos sublime, porque la atracción olfativa desde mucho antes entró en juego con todo lo que comentamos en un principio. Después en la recta final, el orgasmo será nuestro momento “culminatorio”, pero no final. En mi mente y en mi actuación debe existir que mi chica (o chico) se excite tanto que, los poros se dilaten, los bellos se templen, la vagina se humedezca a gusto y que el simple roce de las piernas produzca un chasquido provocador. En resumen, que todos los orificios pensables y penetrables, se orienten al objeto del deseo. Vuelvo a insistir, la entrega total y con todas las consecuencias, transforma los sentidos en superdotados. ¡Cada uno de ellos, desarrollará una habilidad que los hará especiales! 


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