--
SEIS --
Valentín había metido la mayor
“pata” de su vida. Su declaración de amor estaba en manos de otra persona, y
con toda probabilidad la primera persona que tomó el documento seguramente fue María,
la secretaria de su jefe, que es la única después de Evelyn, que entraría en el
cuartillo de la fotocopiadora. Sus íntimas palabras en estos instantes serán la
mofa de la oficina. De esta secretaria no se puede decir que la discreción sea
su mejor cualidad, ni mucho menos. La señorita María cada día ventea cualquier
comentario interno o externo y lo transforma milagrosamente en rumor hasta
convertirlo en una sentencia absoluta. Naturalmente en estos corrosivos comentarios
no entra ni uno solo referido a su persona, porque ella se toma las molestias
de que no sea así.
Nuestro amigo temblaba nada
más pensar que sería el hazmerreír de la empresa por toda la extensa jornada y
mucho más. María extendería el chisme con su prolongada imaginación el tiempo justo
y necesario. Sabía que muy pronto, nada más comenzar la jornada laboral tendría
un desfile de compañeros por toda la oficina para contemplar su tonta cara de
enamoramiento que espera con ansias un “sí, te quiero Valentín”. Él sabía que directamente
no le expondrían sus comentarios, pero los corrillos se reproducirían por cada
uno de los pisos de la empresa hasta convertirse en la noticia de la semana,
que digo de la semana, de lo que resta de año y parte del próximo, porque la
historia de amor no ha hecho más que comenzar. Con toda seguridad estos comentarios
llegarían al departamento de relaciones públicas y márquetin. ¡Sin duda caería directamente al pozo de las lamentaciones!
Cuando su jefe se enterase
pondría el grito en el cielo. Porque con toda seguridad María para continuar
con su plan le entregaría a mi jefe la declaración de amor después de haberla leído
parar fomentar el rumor, y porque los documentos que se tenían que fotocopiar
terminaban su recorrido en la oficina de mi jefe. Por simple lógica la
declaración de amor la puso en la papelera de la fotocopiadora el interesado,
que no era otro que Valentín porque pertenecía a la oficina de nuestro amigo, y
la destinataria no sería otra que Evelyn, la atractiva joven que está bajo las órdenes
de nuestro amigo el suspirador. María sabía que no existiría confusión posible
respecto a la persona que debía recibir la declaración de amor; las babas de
Valentín se habían dispersado por toda la empresa al contemplar a la hermosa
Evelyn. ¡Valentín se moría por los huesos de la novata!
Nuestro amigo estaba más
blanco que los dichosos folios que descansan en la maldita fotocopiadora. Cómo
le puede decir a su jefe mirándole a los ojos que lo siente, que está arrepentido
de lo que ha hecho, que es un hombre intachable y que no volverá a suceder. Siempre
su jefe había confiado en él porque nuestro amigo se dedicaba íntegramente a
trabajar, que era lo que se valoraba en la empresa. Por estas razones y su
intachable curriculum Valentín fue asignado para instruir a Evelyn. Su jefe que
es hombre honorable e íntegro sin duda
tomará medidas. ¡Estaba seguro que esto le traería graves problemas!
La mañana transcurrió con despótica
normalidad. ¿Qué estaba pasando en la empresa? María no se presentó en su
oficina para dejar constancia de que conocía su declaración de amor hacia la novata.
Tampoco ninguno de sus compañeros desfiló
en la mañana por su oficina. ¡Nada! ¡El silencio daba miedo! Por un momento
nuestro amigo pensó que alguna persona de otro departamento, inclusive superior,
tomó la documentación por error; pero no, es improbable porque en la empresa el
trabajo está bien distribuido y cada sección hace nada más que su labor. Decidió
que había ocupado mucho tiempo en pensar en conjeturas y era hora de ponerse a
trabajar y olvidar el incidente que por suerte pasó desapercibido.
Unos minutos antes de la hora
del almuerzo su teléfono sonó. ¡El jefe! Le dijo a nuestro amigo que se
presentase inmediatamente en su oficina que debía hablar con él. ¡La
tormenta se había desatado y nunca más saldría del pozo donde él mismo se metió!
Continuará…………….
Fotos:
ARA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario