viernes, 21 de marzo de 2014

¿CÓMO HACER EL AMOR EN UN SITIO INCÓMODO?


                                                  EL OLFATO
(Capítulo XVI)

                ¡Y movió el mundo en su estrecho espacio! ¡Sí que lo movió! ¡La ventana dejó de ser un elemento inerte para cumplir la función de cómplice! La joven, su amado, la ventana, y el salitre marino, se unieron en una danza compacta que amenazaba con no terminar jamás.
                 Los cuerpos sudados se deslizaban armoniosamente en el austero espacio, y el chapoteo de las pieles parecían ventosas implacables que se negaban a continuar haciendo vida por separado.
                 Los torsos desnudos conformaron una escultura única, y las cabezas se movían sin control en busca de una señal de connivencia.
                 ¡Nada estaba pactado, pero todo entregado! ¡Nada estaba previsto, pero sí resuelto!
                 Desde el comienzo del encuentro las sensaciones que estaban viviendo no eran reales. Ella pedía más, y él estaba dispuesto a entregarle lo que no poseía, sin condiciones ni reglamentos. Los brazos de él la sostenían con fuerza, y ella se dejaba llevar. La chica inclinó medio cuerpo al exterior, y el viento creó en su cara una túnica con su pelo. Su voz fue la protagonista. --¡Ahora, por favor, no puedo más! ¡Quiero sentirte dentro de mí!-- Le decía la joven, pero él no deseaba escuchar, estaba dispuesto a dilatar cada minuto, cada fracción de tiempo por miedo a que este justo momento no regresase a sus vidas. ¡Sabía que cuando llegasen al clímax, sería imposible superarlo!
                 ¡Por esto y más, la deseaba poseer sin penetrarla, comérsela de un solo bocado sin dejar huellas, y llevársela consigo hasta el fin de las circunstancias, dónde los ojos de los extraños no hiciesen conjeturas sobre sus intimidades!
                 El joven se imaginó entrando por un estrecho túnel. Un túnel confortable que le incitaba a seguir. Un espacio para no escapar del mismo y recordar los juegos de infancia. Los primeros momentos de vida. El espacio prohibido que deseaba traspasar para quedarse por siempre, con las intenciones de un hechicero.
                 ¡Él permanecía frente a ella como vino al mundo, intentando dominarse, buscando entre los dos un espacio, para que su anhelo no se encontrase cara a cara con el misterio que le guardaba en la gruta! 


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