PARTE
16
La temperatura del sol junto con la corporal aumentó violentamente
en los últimos minutos. Del cielo nos llegaron rayos difusos y penetrantes que
golpearon en nuestros cuerpos. Sobre el agua Flavia inventaba miles de
artimañas para comunicarse por medio de sus ojos con la transparencia de los
cristales de luz en el río para que llegaran hasta mí. ¡No tengo la noción ni
la idea, pero si el paraíso existiera, seguramente esta estampa viva sería su
confirmación total! Cada uno de los elementos naturales se presentó esta mañana
junto a Flavia y Tatiana, para hacer de mi vida un remolino ancho y profundo
sin esperanza de una solución. ¡Estaría más de una vida junto a las dos para
perderme río abajo y no regresar jamás!
La imaginación se desbocó y mis
instintos dejaron de ser precisos para perderme en un gesto o en una simple
caricia. Tatiana elevó mis pantalones y mis calzoncillos por encima de los
árboles, y quedé desnudo pero poderoso. Los frotamientos de Tatiana no me
dejaron impasibles. Quedé sobre la arena del río con el pene elevado y las
vergüenzas mutiladas. ¡No podía dar un paso en falso, si ellas eran mayoría, yo
poseía la contención de los deseos que guardé por años! Me incorporé y busqué
la mirada de Flavia. Con un gesto me invitó a entrar en el agua.
¡Fue el momento decisivo!
Junto a mí estaba Tatiana que contempló la escena sin decir nada. ¿Cuál sería
el próximo paso? Antes de terminar de ordenar las ideas, Tatiana comenzó a
desnudarse. ¡Este instante lo esperé desde que ella decidió que no se bañaba
más desnuda porque comenzaron a salirle las téticas! ¡Ahora era una mujer
hermosa, y al parecer sin ataduras! En un descuido de mis párpados, dejó sus
pechos al viento; pero mostrándome únicamente su espalda. Termino quitándoselo
todo. Con una habilidad insospechada, las ropas fueron directamente a mis pies,
y Tatiana al agua. Cuando levanté la mirada del suelo su cuerpo se sumergía
junto al de Flavia en el río. ¡Creo recordar unas redondas nalgas en mi retina,
pero nada más! ¡En realidad sucedió como un relámpago!
Mi presencia en la margen del
río era conmovedora. Estaba con una camisa azul a medio desabotonar. Desnudo de
la cintura hacia abajo. Mi prima y su amiga disfrutaban sin límites de mi figura
plantada entre la vegetación salvaje. ¡Estaba seriamente en apuros! Los temores
se apoderaron de mi virilidad y comenzaron a debilitar mi apariencia. ¡Debía
reaccionar cuanto antes! No lo pensé y me lancé al río. Comencé a nadar sin dirección
fija. La camisa estaba de más, pero debía continuar para romper con la quietud
que me dominaba.
Continuará.............................
Fotos:
ARA y Mandy.
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