DIECINUEVE.
Vicente permanecía encima de
la cama y Dolores le acariciaba el ombligo con su traviesa lengua. Una vez más
nuestro amigo fue testigo de una felación o mamada
umbilical con todas las condiciones a su favor. Vicente viajó en el tiempo y
recorrió miles de kilómetros mientras Dolores degustaba el orificio prohibido
de nuestro querido amigo Vicente. En su cavidad había una incuestionable sensibilidad
a cualquier factor externo que viniera de donde viniera, pero en esta ocasión
Dolores encontró el punto exacto y fue a por él.
La lengua se metía por los
pliegues del meollo umbilical hasta dar con cualquier elemento que hiciera
gemir de placer a nuestro amigo. Dolores para decir la verdad no era una
especialista en estos temas, pero al contemplar la delectación en los ojos de
Vicente se propuso experimentar con todas las armas habidas y por haber. Las
piernas de Vicente estaban abiertas a cada lado de la cama y en el centro permanecía
Dolores con todos sus pectorales encima de sus muslos. Cada uno de los pezones
de la voluptuosa Dolores se movía sin control cada vez que intentaba un nuevo
requiebro sobre el abdomen de Vicente.
La sensación según nos contó
nuestro amigo era muy parecida a las cosquillas internas producidas por un
fenómeno no identificado. Toda la zona del bajo vientre permanecía en un estado
de nirvana total. Su energía partía desde su ombligo para dispersarse por todo
su cuerpo con la misma constancia e intensidad que la sangre llega a todo el organismo. Las terminaciones nerviosas estaban en alertas, los poros de su piel
se dilataron, la respiración se aceleró, los bellos púbicos se hicieron a un
lado para dejar paso al caudal interno que forcejeaba por escapar a lo palpable.
¡Vicente sintió no solamente su pene levitar, toda su entelequia flotó sobre
la cama de Dolores!
Ella encontró la manera de
hacer disfrutar a su amante sin que los fluidos espermáticos invadieran las
sábanas. Era lo que pensaba Dolores porque Vicente blandía su mástil de un lado
a otro sin intenciones de rendimiento. Ella pensó que era el instante de
utilizar otro elemento de su cuerpo para poseer la cavidad de nuestro amigo.
Dolores levantó un poco el torso, se apoyó en los hombros de Vicente y se
deslizó hasta dejar cada uno de sus pechos a los lados del ombligo de su enajenado
amante. Se le ocurrió que era una idea más, que no había nada original en la
misma, pero decidió introducir cada uno de sus pezones dentro del ombligo de
Vicente. Fue lo que pensó ella, pero cuando el potente y sólido pezón entro en
el orificio umbilical cubierto de saliva de nuestro amigo, los sentidos de Vicente se iluminaron y eyaculó sin proponérselo.
Cuando Dolores sintió un
chorro caliente que impactó sobre su piel comprendió que algo iba mal. Lo que
había pensado al parecer no le salió bien. El inexperto de Vicente lo intentó con todas
sus fuerzas pero no pudo controlar el torrente de semen que salió disparado al
exterior. Dolores olvidó que su pezón se estaba dando un baño y tomó con la
mano el falo de nuestro amigo y lo estranguló por la cabeza. Con los cinco
dedos lo aprisionó con tal fortaleza que el líquido dejó de fluido por el ovalado orificio. Detuvo la hemorragia seminal y dejó el glande de nuestro amigo con el
color de la vergüenza reflejada en su cara. ¡Por el momento la potencia de
Vicente estaba en sus manos, no la dejaría escapar por ningún motivo! ¡Esta vez
si fuera necesario encontraría otras partes de su cuerpo para retener la sabia
de su amado!
Continuará....................................................
DISEÑO GRÁFICO: ARA Y MANDY.
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