PARTE 3
¡Comenzamos con un juego didáctico
pero algo complicado, el ajedrez! Mayoritariamente desde los primeros años, los
niños y las niñas eran guiados al encuentro de este juego para fomentar la
concentración. Yo lo propuse por una razón, los tres estaríamos sentados a la
mesa por mucho tiempo, y entre jugada y jugada, el silencio traería ideas
renovadoras a nuestras mentes. En estos años, mi comprensión respecto al sexo era escasa, pero
desde siempre experimenté una atracción carnal y directa hacia el conocimiento
de lo que no estaba a la vista; deseaba saber la composición de las cosas
ocultas y su textura. ¡Mi prima y su amiga poseían vivencias prácticas que
hasta ahora no formaban parte de mi experiencia! ¡Mis intuiciones estaban
basadas en teorías de viejos libros leídos a escondidas, y mi prima y su amiga
llevaban algunos pasos por delante de mí respecto a estos temas!
Mi prima, que por motivos domésticos
la llamaremos por un nombre quimérico, llevaba un desarrollo admirable. Un progreso
físico en todos los valores de su cuerpo. La amiga menos, pero lo que le
faltaba en madurez carnal, lo poseía en voluptuosidad con toques de ingenuidad, que me provocaba excitaciones al saber que estaríamos juntos toda la tarde
frente al tablero de ajedrez. ¡Éramos adolescentes con inquietudes concretas!
Con el tiempo comprendí que no pertenecíamos a una llamada minoría anormal que
se complace con un pensamiento avanzado para nuestros escasos años de vida. En estas edades, el descubrimiento sexual se debe
tener siempre en cuenta por los tutores, porque la primera bocanada de aire al
nacer, es un hecho sensualmente natural.
¡Todo lo que ocurrió entre los
tres en el verano fue excepcional! No dominábamos los conceptos reales de las
palabras ante un sentimiento o una emoción, pero lo que hicimos, nos hizo sentir
que estábamos viviendo un acontecimiento especial, y que nuestro cuerpo era un
cómplice perfecto que se sentía muy a gusto con los continuos encuentros entre
los tres. ¡Concebimos un juego reponedor de apetitos e ilusiones ocultas, que
hasta entonces pertenecía a nuestra intimidad imberbe! Nos olvidamos de las
horas para refugiarnos en la complacencia, y llegamos a desmenuzar cada táctica
y ataque del contrario, hasta perfeccionar un jaque perpetuo que mantenía siempre
en vilo al rey. ¡Naturalmente que en cada partida, las damas dominaban!
Continuará..........................
FOTOS: ARA Y MANDY.
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