Un porcentaje muy alto de
fracaso en las relaciones sexuales está basado en la obstinación por obtener a
toda costa un orgasmo en toda regla. Antes de comenzar la acción, por la mente
nos pasa la duda si podremos llegar al ansiado orgasmo. ¡Qué decir cuando este
encuentro se realiza por primera vez! El cuerpo se tensa, las dudas afloran de
inmediato en nuestro rostro y las prisas toman la iniciativa. ¡Es lo peor que
se puede hacer en el primer encuentro! No se puede pensar en un resultado antes
de comenzar con el proceso.
El hombre se siente seguro en
su posición de eterno eyaculador, y su única interrogante es si la mujer
alcanza un orgasmo gracias a su habilidad de macho potente. En otros casos lo
único que interesa es la penetración y el fluir del líquido espermático.
Cualquier ejemplo es un rotundo error. El simple cuestionamiento es un
condicionante negativo en una práctica plena y válida.
El acto sexual en sí es un
arte, y si queremos entrar en el selecto club de los virtuosos, hay que ponerse
en marcha de inmediato tanto el hombre como la mujer. El simple instinto no es
suficiente, es necesaria una continuidad positiva para obtener resultados
esplendidos, de lo contrario únicamente cambiaremos de especie animal.
El orgasmo llega de forma
fulminante, o se contiene por falta de tiempo. El orgasmo se retiene, se
concentra a voluntad propia para instantes precisos. El orgasmo se presenta y
no sabemos quién es, el orgasmo se tiene y la mayoría de las veces no es
orgasmo puro, es un espejismo contradictorio. La solución a todo es el diálogo
con la pareja y la práctica continua.
Seguramente estarán pensando en la
influencia de la edad en la obtención del orgasmo, en si es la primera vez o estamos
ante una relación agotada por los
años de monotonía, es igual. Cada etapa, momento, espacio, tiempo, soporta sus
consecuencias y sus logros. La actividad sexual debe ser la misma con veinte
años como con sesenta, solamente cambia la intensidad y la forma de
practicarlo; porque el sexo se desarrolla desde nuestras capacidades
intelectuales y va madurando con cada una de las acciones vividas. Lo mismo
sucede con una pareja estable, dilatada en el tiempo, que si es positiva,
aprenderá de las tentativas.
El orgasmo es un concepto, y
todo lo que le rodea se le ha impuesto por diversos motivos, el más peligroso,
las creencias doctrinales que han convertido al orgasmo en un mito.
Esto es un simple boceto. Más
adelante continuaremos con el mundo del orgasmo. El orgasmo masculino,
femenino, las variantes, su influencia en la relación, algunas de las vías para
lograrlo, y las diferencias y formas de orgasmos.